SANTOS


2 de enero
San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno
Obispos y doctores de la Iglesia

Basilio nació en Cesarea de Capadocia el año 330, de una familia cristiana; hombre de gran cultura y virtud, comenzó a llevar vida eremítica, pero el año 370 fue elevado a la sede episcopal de su ciudad natal. Combatió a los arrianos; escri­bió excelentes obras y sobre todo reglas monásticas, que rigen aún hoy en muchos monasterios del Oriente. Fue gran bien­hechor de los pobres. Murió el día 1 de enero del año 379.

Gregorio nació el mismo año que Basilio, junto a Nacian­zo, y se desplazó a diversos lugares por razones de estudio. Siguió a su amigo Basilio en la vida solitaria, pero fue luego ordenado presbítero y obispo. El año 381 fue elegido obispo de Constantinopla, pero, debido a las divisiones existentes en aquella Iglesia, se retiró a Nacianzo donde murió el 25 de enero de 389 o 390. Fue llamado el teólogo, por la profundi­dad de su doctrina y el encanto de su elocuencia.

Como si una misma alma sustentase dos cuerpos
De los sermones de san Gregorio Nacianceno, obispo

Nos habíamos encontrado en Atenas, como la corrien­te de un mismo río que, desde el manantial patrio, nos había dispersado por las diversas regiones, arrastrados por el afán de aprender, y que, de nuevo, como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, volvió a unirnos, sin duda porque así lo dispuso Dios.

En aquellas circunstancias, no me contentaba yo sólo con venerar y seguir a mi gran amigo Basilio, al advertir en él la gravedad de sus costumbres y la madurez y seriedad de sus palabras, sino que trataba de persuadir a los de­más, que todavía no lo conocían, a que le tuviesen esta misma admiración. En seguida empezó a ser tenido en gran estima por quienes conocían su fama y lo habían oído.

En consecuencia, ¿qué sucedió? Que fue casi el único, entre todos los estudiantes que se encontraban en Ate­nas, que sobrepasaba el nivel común y el único que había conseguido un honor mayor que el que parece corresponder a un principiante. Éste fue el preludio de nuestra amistad; ésta la chispa de nuestra intimidad; así fue como el mutuo amor prendió en nosotros.

Con el paso del tiempo, nos confesamos mutuamente nuestras ilusiones y que nuestro más profundo deseo era alcanzar la filosofía, y, ya para entonces, éramos el uno para el otro todo lo compañeros y amigos que nos era posible ser, de acuerdo siempre, aspirando a idén­ticos bienes y cultivando cada día más ferviente y más íntimamente nuestro recíproco deseo.

Nos movía un mismo deseo de saber, actitud que suele ocasionar profundas envidias, y, sin embargo, ca­recíamos de envidia; en cambio, teníamos en gran aprecio la emulación. Contendíamos entre nosotros, no para ver quién era el primero, sino para averiguar quién cedía al otro la primacía; cada uno de nosotros consi­deraba la gloria del otro como propia.

Parecía que teníamos una misma alma que sustentaba dos cuerpos. Y, si no hay que dar crédito en abso­luto a quienes dicen que todo se encuentra en todas las cosas, a nosotros hay que hacernos caso si decimos que cada uno se encontraba en el otro y junto al otro.

Una sola tarea y afán había para ambos, y era la virtud, así como vivir para las esperanzas futuras de tal modo que, aun antes de haber partido de esta vida, pudiese decirse que habíamos emigrado ya de ella. Ése fue el ideal que nos propusimos, y así tratábamos de dirigir nuestra vida y todas nuestras acciones, dóciles a la dirección del mandato divino, acuciándonos mu­tuamente en el empeño por la virtud; y, a no ser que decir esto vaya a parecer arrogante en exceso, éramos el uno para el otro la norma y regla con la que se discierne lo recto de lo torcido.

Y, así como otros tienen sobrenombres, o bien reci­bidos de sus padres, o bien suyos propios, o sea, adqui­ridos con los esfuerzos y orientación de su misma vida, para nosotros era maravilloso ser cristianos, y glorioso recibir este nombre.

Oración

Señor Dios, que te dignaste instruir a tu Iglesia con la vida y doctrina de san Basilio Magno y san Gregorio Nacianceno, haz que busquemos humildemente tu ver­dad y la vivamos fielmente en el amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

7 de enero
San Raimundo de Peñafort
Presbítero

Nació hacia el año 1175, cerca de Barcelona. Fue primero canónigo de la Iglesia de Barcelona, después ingresó en la Orden de Predicadores. Por mandato del papa Gregorio IX, editó el corpus canónico de las Decretales. Elegido superior general de su Orden, la gobernó con sabiduría y prudencia. Entre sus escritos, destaca la Summa casuum, para la admi­nistración genuina y provechosa del sacramento de la peni­tencia. Murió en Barcelona el año 1275.

Que el Dios del amor y de la paz purifique vuestros corazones
De una carta de san Raimundo de Peñafort, presbítero

Si todos los que quieren vivir religiosamente en Cris­to Jesús han de sufrir persecuciones, como afirma aquel apóstol que es llamado el predicador de la verdad, no engañando, sino diciendo la verdad, a mí me parece que de esta norma general no se exceptúa sino aquel que no quiere llevar ya desde ahora una vida sobria, honra­da y religiosa.

Pero vosotros de ninguna forma debéis de ser conta­dos entre el número de éstos, cuyas casas se encuentran pacificadas, tranquilas y seguras, sobre los que no actúa la vara del Señor, que se satisfacen con su vida y que al instante serán arrojados al infierno.

Vuestra pureza y vida religiosa merecen y exigen, ya que sois aceptos y agradables a Dios, ser purificadas hasta la más absoluta sinceridad por reiteradas pruebas. Y, si se duplica e incluso triplica la espada sobre vosotros, esto mismo hay que considerarlo como pleno gozo y signo de amor.

La espada de doble filo está constituida, por fuera, por las luchas y, por dentro, por los temores; esta espada se duplica o triplica, por dentro, cuando el maligno inquieta los corazones con engaños y seducciones. Pero vosotros conocéis bastante bien estos ataques del enemigo, pues de lo contrario no hubiera sido posible conseguir la serenidad de la paz y la tranquilidad interior.

Por fuera, se duplica o triplica la espada cuando, sin motivo, surge una persecución eclesiástica sobre asuntos espirituales; las heridas producidas por los amigos son las más graves.

Ésta es la bienaventurada y deseable cruz de Cristo que el valeroso Andrés recibió con gozo, y que, según las palabras del apóstol Pablo, llamado instrumento de elección, es lo único en que debemos gloriarnos.

Contemplad al autor y mantenedor de la fe, a Jesús, quien, siendo inocente, padeció por obra de los suyos, y contado entre los malhechores. Y vosotros, bebiendo el excelso cáliz de Jesucristo, dad gracias al Señor, dador ­de todos los bienes.

Que el mismo Dios del amor y de la paz pacifique vuestros corazones y apresure vuestro camino, para que, protegidos por su rostro, os veáis libres mientras tanto de las asechanzas de los hombres, hasta que os introduzca­ y os trasplante en aquella plenitud donde os sentaréis ­eternamente en la hermosura de la paz, en los tabernáculos de la confianza y en el descanso de la abundancia.

Oración

Oh Dios, que diste a san Raimundo de Peñafort entrañable misericordia para con los cautivos y los pecadores, concédenos por su intercesión que, rotas las cadenas del pecado, nos sintamos libres para cumplir tu divina voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo.

9 de enero
San Eulogio de Córdoba
Presbítero y mártir

Nació en Córdoba a comienzos del siglo IX, y en esta edad ejercitó su ministerio. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe. Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe. Sufrió el martirio 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo. Murió decapitado. Tras su muerte, muy pronto recibió culto.

El Señor nos ayuda en la tribulación y nos da fortaleza en los combates
De los escritos de san Eulogio, presbítero

El malestar en que vivía la Iglesia cordobesa por causa de su situación religiosa y social hizo crisis en el año 851. Aunque tolerada, se sentía amenazada de ex­tinción, si no reaccionaba contra el ambiente musulmán que la envolvía. La represión fue violenta, y llevó a la jerarquía y a muchos cristianos a la cárcel y, a no po­cos, al martirio.

San Eulogio fue siempre alivio y estímulo, luz y espe­ranza para la comunidad cristiana. Como testimonio de su honda espiritualidad, he aquí la bellísima oración que él mismo compuso para las santas vírgenes Flora y María, de la que son estos párrafos:

«Señor, Dios omnipotente, verdadero consuelo de los que en ti esperan, remedio seguro de los que te temen y alegría perpetua de los que te aman: Inflama, con el fuego de tu amor, nuestro corazón y, con la llama de tu caridad, abrasa hasta el hondón de nuestro pecho, para que podamos consumar el comenzado martirio; y así, vivo en nosotras el incendio de tu amor, desapa­rezca la atracción del pecado y se destruyan los falaces halagos de los vicios; para que, iluminadas por tu gra­cia, tengamos el valor de despreciar los deleites del mundo; y amarte, temerte, desearte y buscarte en todo momento, con pureza de intención y con deseo sincero.

Danos, Señor, tu ayuda en la tribulación, porque el auxilio humano es ineficaz. Danos fortaleza para luchar en los combates, y míranos propicio desde Sión, de modo que, siguiendo las huellas de tu pasión, podamos beber alegres el cáliz del martirio. Porque tú, Señor, libraste con mano poderosa a tu pueblo, cuando gemía bajo el pesado yugo de Egipto, y deshiciste al Faraón y a su ejército en el mar Rojo, para gloria de tu nombre.

Ayuda, pues, eficazmente a nuestra fragilidad en esta hora de la prueba. Sé nuestro auxilio poderoso contra las huestes del demonio y de nuestros enemigos. Para nuestra defensa, embraza el escudo de tu divinidad y manténnos en la resolución de seguir luchando viril­mente por ti hasta la muerte.

Así, con nuestra sangre, podremos pagarte la deuda que contrajimos con tu pasión, para que, como tú te dignaste morir por nosotras, también a nosotras nos hagas dignas del martirio. Y, a través de la espada te­rrena, consigamos evitar los tormentos eternos; y, ali­geradas del fardo de la carne, merezcamos llegar felices hasta ti.

No le falte tampoco, Señor, al pueblo católico, tu piadoso vigor en las dificultades. Defiende a tu Iglesia de la hostigación del perseguidor. Y haz que esa corona, tejida de santidad y castidad, que forman todos tus sacerdotes, tras haber ejercitado limpiamente su minis­terio, llegue a la patria celestial. Y, entre ellos, te pedi­mos especialmente por tu siervo Eulogio, a quien, des­pués de ti, debemos nuestra instrucción; es nuestro maestro; nos conforta y nos anima.

Concédele que, borrado todo pecado y limpio de toda iniquidad, llegue a ser tu siervo fiel, siempre a tu servicio; y que, mostrándose siempre en esta vida tu volun­tario servidor, se haga merecedor de los premios de tu gracia en la otra, de modo que consiga un lugar de descanso, aunque sea el último, en la región de los vivos.

Por Cristo Señor nuestro, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén».

San Eulogio, que alentó a todos sus hijos en la hora del martirio, hubo de morir a su vez, reo de haber ocultado y catequizado a una joven conversa, llamada Leocricia.

Oración

Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por nuestro Señor Jesucristo.

13 de enero
San Hilario
Obispo y doctor de la Iglesia

Nació en Poitiers a principios del siglo IV; hacia el año 350 fue elegido obispo de su ciudad; luchó con valentía contra los arrianos y fue desterrado por el emperador Constancio. Escribió varias obras llenas de sabiduría y de doctrina, destinadas a consolidar la fe católica y a la interpretación de la sagrada Escritura. Murió el año 367.

Te serviré predicándote
Del tratado de san Hilario, obispo, sobre la Trinidad

Yo tengo plena conciencia de que es a ti, Dios Padre omnipotente, a quien debo ofrecer la obra principal de vida, de tal suerte que todas mis palabras y pensamientos ­hablen de ti.

Y el mayor premio que puede reportarme esta facultad de hablar, que tú me has concedido, es el de servirte predic­ándote a ti y demostrando al mundo, que lo ignora, o a los herejes, que lo niegan, lo que tú eres en realidad: Pa­dre; Padre, a saber, del Dios unigénito.

Y, aunque es ésta mi única intención, es necesario para ello invocar el auxilio de tu misericordia, para que hin­ches con el soplo de tu Espíritu las velas de nuestra fe y nuestra confesión, extendidas para ir hacia ti, y nos im­pulses así en el camino de la predicación que hemos em­prendido. Porque merece toda confianza aquel que nos ha prometido: Pedid, y se os dará; buscad, y encontraréis; llamad, y se os abrirá.

Somos pobres y, por esto, pedimos que remedies nuestra indigencia; nosotros ponemos nuestro esfuerzo tenaz en penetrar las palabras de tus profetas y apóstoles y llamamos con insistencia para que se nos abran las puertas de la comprensión de tus misterios; pero el darnos lo que pedimos, el hacerte encontradizo cuando te buscamos y el abrir cuando llamamos, eso depende de ti.

Cuando se trata de comprender las cosas que se refieren a ti, nos vemos como frenados por la pereza y torpeza inherentes a nuestra naturaleza y nos sentimos limitados por nuestra inevitable ignorancia y debilidad; pero el estudio de tus enseñanzas nos dispone para captar el sentido de las cosas divinas, y la sumisión de nuestra fe nos hace superar nuestras culpas naturales.

Confiamos, pues, que tú harás progresar nuestro tímido esfuerzo inicial y que, a medida que vayamos progresando lo afianzarás, y que nos llamarás a compartir el espíritu de los profetas y apóstoles; de este modo, entenderemos sus palabras en el mismo sentido en que ellos las pronunciaron y penetraremos en el verdadero significado de su mensaje.

Nos disponemos a hablar de lo que ellos anunciaron de un modo velado: que tú, el Dios eterno, eres el Padre del Dios eterno unigénito, que tú eres el único no engendrado y que el Señor Jesucristo es el único engendrado por ti desde toda la eternidad, sin negar, por esto, la unicidad divina, ni dejar de proclamar que el Hijo ha sido engendrado por ti, que eres un solo Dios, confesando, al mismo tiempo, que el que ha nacido de ti, Padre, Dios verdadero, es también Dios verdadero como tú.

Otórganos, pues, un modo de expresión adecuado y digno, ilumina nuestra inteligencia, haz que no nos apartemos de la verdad de la fe; haz también que nuestras palabras sean expresión de nuestra fe, es decir, que nosotros que por los profetas y apóstoles te conocemos a ti, Dios Padre, y al único Señor Jesucristo, y que argumentamos ahora contra los herejes que esto niegan, podamos tam­bién celebrarte a ti como Dios en el que no hay unicidad de persona y confesar a tu Hijo, en todo igual a ti.

Oración

Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por nuestro Señor Jesucristo.

17 de enero
San Antonio
Abad

Este ilustre padre del monaquismo nació en Egipto hacia el año 250. Al morir sus padres, distribuyó sus bienes entre los pobres y se retiro al desierto, donde comenzó a llevar una vida de penitencia. Tuvo muchos discípulos; trabajó en favor de la Iglesia, confortando a los confesores de la fe durante la persecución de Diocleciano, y apoyando a san Atanasio en sus luchas contra loa arrianos. Murió el año 356.

La vocación de san Antonio
De la Vida de san Antonio, escrita por san Atanasio, obispo

Cuando murieron sus padres, Antonio tenía unos dieciocho o veinte años, y quedó él solo con su única hermana, pequeña aún, teniendo que encargarse de la casa y del cuidado de su hermana.

Habían transcurrido apenas seis meses de la muerte de sus padres, cuando un día en que se dirigía, según costumbre, a la iglesia, iba pensando en su interior «los apóstoles lo habían dejado todo para seguir al Salvador, y cómo, según narran los Hechos de los apóstoles, muchos vendían sus posesiones y ponían el precio de venta a los pies de los apóstoles para que lo repartieran entre los pobres; pensaba también en la magnitud de la esperanza que para éstos estaba reservada en el cielo; imbuido de estos pensamientos, entró en la iglesia, y dio la casualidad de que en aquel momento estaban leyendo aquellas palabras del Señor en el Evangelio:

Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente conmigo».

Entonces Antonio, como si Dios le hubiese infundido el recuerdo de lo que habían hecho los santos y con aquellas palabras hubiesen sido leídas especialmente para él, salió en seguida de la iglesia e hizo donación a los aldeanos de las posesiones heredadas de sus padres (tenía trescientas parcelas fértiles y muy hermosas), con el fin de evitar toda inquietud para sí y para su hermana. Vendió también todos sus bienes muebles y repartió entre los pobres la considerable cantidad resultante de esta venta, reservando sólo una pequeña parte para su hermana.

Habiendo vuelto a entrar en la iglesia, oyó aquellas pa­labras del Señor en el Evangelio: «No os agobiéis por el mañana».

Saliendo otra vez, dio a los necesitados incluso lo poco que se había reservado, ya que no soportaba que quedase su poder ni la más mínima cantidad. Encomendó su hermana a unas vírgenes que él sabía eran de confianza y cuidó de que recibiese una conveniente educación; en cuanto a él, a partir de entonces, libre ya de cuidados aje­nos, emprendió en frente de su misma casa una vida de ascetismo y de intensa mortificación.

Trabajaba con sus propias manos, ya que conocía aquella afirmación de la Escritura: El que no trabaja que no coma; lo que ganaba con su trabajo lo destinaba parte a su propio sustento, parte a los pobres.

Oraba con mucha frecuencia, ya que había aprendido que es necesario retirarse para ser constantes en orar: en efecto, ponía tanta atención en la lectura, que retenía todo lo que había leído, hasta tal punto que llego un mo­mento en que su memoria suplía los libros.

Todos los habitantes del lugar, y todos los hombres honrados, cuya compañía frecuentaba, al ver su conducta, lo llamaban amigo de Dios; y todos lo amaban como a un hijo o como a un hermano.

Oración

Señor y Dios nuestro, que llamaste al desierto a san Antonio, abad, para que te sirviera con una vida santa, concédenos, por su intercesión, que sepamos negarnos a nosotros mismos para amarte a ti siempre sobre todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo.

20 de enero
San Fructuoso
Obispo y mártir, y sus diáconos mártires,
santos Augurio y Eulogio
Entre los mártires más preclaros de la España romana destacan el obispo de Tarragona san Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio. Gracias a las Actas de su martirio, excepcionales en su autenticidad y escritas con una sublime sencillez, conocemos detalles primorosos de la organización eclesiástica y de la vida cristiana de la España antigua. Prudencio dedicó a estos santos sus mejores versos. Murieron en Tarragona, bajo la persecución de los emperadores Valeriano y Galieno, el año 259.

Honrar a los mártires es honrar a Dios
De los sermones de san Agustín, obispo

Bienaventurados los santos, en cuya memoria celebramos el día de su martirio: ellos recibieron la corona eterna y la inmortalidad sin fin a cambio de la vida corporal. Y a nosotros nos dejaron, en estas solemnidades, su exhortación. Cuando oímos cómo padecieron los mártires nos alegramos y glorificamos en ellos a Dios, y no sentimos dolor porque hayan muerto. Pues, si no hubieran muerto por Cristo, ¿acaso hubieran vivido hasta hoy? ¿Por qué no podía hacer la confesión de la fe lo que después haría la enfermedad?

Admirable es el testimonio de san Fructuoso, obispo. Como uno le dijera y le pidiera que se acordara de él y rogara por él, el santo respondió:

«Yo debo orar por la Iglesia católica, que se extiende de oriente a occidente».

¿Qué quiso decir el santo obispo con estas palabras? Lo entendéis, sin duda; recordadlo ahora conmigo:

«Yo debo orar por la Iglesia católica; si quieres que ore por ti, no te separes de aquella por quien pido en mi oración».

Y ¿qué diremos de aquello otro del santo diácono que fue martirizado y coronado juntamente con su obispo? El juez le dijo:

«¿Acaso tú también adoras a Fructuoso?»

Y él respondió:

«Yo no adoro a Fructuoso, sino que adoro al mismo Dios a quien adora Fructuoso».

Con estas palabras, nos exhorta a que honremos a los mártires y, con los mártires, adoremos a Dios.

Por lo tanto, carísimos, alegraos en las fiestas de los santos mártires, mas orad para que podáis seguir sus huellas.

O bien:

Alegría en el martirio
De las actas del martirio de san Fructuoso, obispo, y sus compañeros

Cuando el obispo Fructuoso, acompañado de sus diáconos, era conducido al anfiteatro, todo el pueblo sentía compasión de él, ya que era muy estimado no sólo por los hermanos, sino incluso por los gentiles. En efecto, Fructuoso era tal como el Espíritu Santo afirmó que debía ser el obispo, según palabras de san Pablo, instrumento escogido y maestro de los gentiles. Por lo cual, los hermanos, que sabían que su obispo caminaba hacia una gloria tan grande, más bien se alegraban que se dolían de su suerte.

Llegados al anfiteatro, en seguida se acercó al obispo un lector suyo, llamado Augustal, el cual le suplicaba, entre lágrimas, que le permitiera descalzarlo. Pero el bienaventurado mártir le contesto:

«Déjalo, hijo; yo me descalzaré por mí mismo, pues me siento fuerte y lleno de gozo, y estoy cierto de la promesa del Señor».

Colocado en el centro del anfiteatro, y cercano ya el momento de alcanzar la corona inmarcesible más que de sufrir la pena, pese a que los soldados beneficiarios le estaban vigilando, el obispo Fructuoso, por inspiración del Espíritu Santo, dijo, de modo que lo oyeran nuestros hermanos:

«No os ha de faltar pastor ni puede fallar la caridad y la promesa del Señor, ni ahora ni en el futuro. Lo que estáis viendo es sólo el sufrimiento de un momento».

Después de consolar de este modo a los hermanos, los mártires entraron en la salvación, dignos y dichosos en su mismo martirio, pues merecieron experimentar en sí mismos, según la promesa, el fruto de las santas Escrituras.

Cuando los lazos con que les habían atado las manos se quemaron, acordándose de los santos mártires de la oración divina y de su ordinaria costumbre, alegres y seguros de la resurrección y convertidos en signo del triunfo del Señor, arrodillados, suplicaban al Señor, hasta el momento en que juntos entregaron sus almas.

Oración

Señor, tú que concediste al obispo san Fructuoso su vida por la Iglesia, que se extiende de oriente a occidente, y quisiste que sus diáconos, Augurio y Eulogio le acompañaran al martirio llenos de alegría, haz que tu Iglesia viva siempre gozosa en la esperanza y se consagre, sin desfallecimientos, al bien de todos los pueblos. Por nuestro Señor Jesucristo.

El mismo día 20 de enero
San Fabián
Papa y mártir

Fue elegido obispo de la Iglesia de Roma el año 236 y recibió corona del martirio el año 250, al comienzo de la persecuc­ión de Decio, como atestigua san Cipriano; fue sepultado en las catacumbas de Calixto.

Fabián nos da ejemplo de fe y de fortaleza
De las cartas de san Cipriano, obispo y mártir

San Cipriano, al enterarse con certeza de la muerte papa Fabián, envió esta carta a los presbíteros y diáconos de Roma:

«Hermanos muy amados: Circulaba entre nosotros un rumor no confirmado acerca de la muerte de mi excelente ­compañero en el episcopado, y estábamos en la incerti­dumbre, hasta que llegó a nosotros la carta que habéis mandado por manos del subdiácono Cremencio; gracias a ella, he tenido un detallado conocimiento del glorioso martirio de vuestro obispo y me he alegrado en gran manera al ver cómo su ministerio intachable ha culminado una santa muerte.

Por esto, os felicito sinceramente por rendir a su memo­ria un testimonio tan unánime y esclarecido, ya que, por medio de vosotros, hemos conocido el recuerdo glorioso que guardáis de vuestro pastor, que a nosotros nos da ejemplo de fe y de fortaleza.

En efecto, así como la caída de un pastor es un ejemplo pernicioso que induce a sus fieles a seguir el mismo camino, así también es sumamente provechoso y saludable el testimonio de firmeza en la fe que da un obispo».

La Iglesia de Roma, según parece, antes de que recibiera esta carta, había mandado otra a la Iglesia de Cartago, en la que daba testimonio de su fidelidad en medio de la persecución, con estas palabras:

«La Iglesia se mantiene firme en la fe, aunque; algunos atenazados por el miedo –ya sea porque eran personas distinguidas, ya porque, al ser apresados, se dejaron vencer por el temor de los hombres–, han apostatado; a estos tales no los hemos abandonado ni dejado solos, sino que los hemos animado y los exhortamos a que se arrepientan, para que obtengan el perdón de aquel que puede dárselo, no fuera a suceder que, al sentirse abandonados, su ruina fuera aún mayor.

Ved, pues, hermanos, que vosotros debéis obrar también de igual manera, y así los que antes han caído, al ser ahora fortalecidos por vuestras exhortaciones, si vuelven a ser apresados, darán testimonio de su fe y podrán reparar el error pasado. Igualmente debéis poner en práctica esto que os decimos a continuación: si aquellos que han sucumbido en la prueba se ponen enfermos y se arrepienten de lo que hicieron y desean la comunión, debéis atender a su deseo. También las viudas y necesitados que no pueden valerse por sí mismos, los encarcelados, los que han sido arrojados de sus casas deben hallar quien los ayude; asimismo los catecúmenos si les sorprende la enfermedad, no han de verse defraudados en su esperanza de ayuda.

Os mandan saludos los hermanos que están en misión, los presbíteros y toda la Iglesia, la cual vela con gran solicitud por todos los que invocan el nombre Señor. Y también os pedimos que, por vuestra parte os acordéis de nosotros».

Oración

Dios todopoderoso, glorificador de tus sacerdotes, concédenos, por intercesión de san Fabián, papa y mártir, progresar cada día en la comunión de su misma fe y en el deseo de servirte cada vez con mayor generosidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

El mismo día 20 de enero
San Sebastián
Mártir

Sufrió el martirio en Roma en el comienzo de la persecución de Diocleciano [284-305]. Su sepulcro, en las catacumbas de la vía Apia, fue venerado ya desde muy antiguo.

Testimonio fiel de Cristo
Del comentario de san Ambrosio, obispo, sobre el salmo 118

Hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios. Muchas son las persecuciones, muchas las pruebas; por tanto, muchas serán las coronas, ya que muchos son los combates. Te es beneficioso el que haya muchos perseguidores, ya que entre esta gran variedad de persecuciones hallarás más fácilmente el modo de ser coronado.

Pongamos como ejemplo al mártir san Sebastián, cuyo día natalicio celebramos hoy.

Este santo nació en Milán. Quizá ya se había marchado de allí el perseguidor, o no había llegado aún a aquella región, o la persecución era más leve. El caso es que Sebastián vio que allí el combate era inexistente o muy tenue.

Marchó, pues, a Roma, donde recrudecía la persecución por causa de la fe; allí sufrió el martirio, allí recibió la corona consiguiente. De este modo, allí, donde había llegado como transeúnte, estableció el domicilio de la eternidad permanente. Si sólo hubiese habido un perseguidor, ciertamente este mártir no hubiese sido coronado.

Pero, además de los perseguidores que se ven, hay otros que no se ven, peores y mucho más numerosos.

Del mismo modo que un solo perseguidor, el emperador, enviaba a muchos sus decretos de persecución y había así diversos perseguidores en cada una de las ciudades y provincias, así también el diablo se sirve de muchos ministros suyos que provocan persecuciones, no sólo exteriores, sino también interiores, en el alma de cada uno.

Acerca de estas persecuciones, dice la Escritura: Todo el que se proponga vivir piadosamente en Cristo Jesús será perseguido. Se refiere a todos, a nadie exceptúa. ¿Quién podría considerarse exceptuado, si el mismo Señor soportó la prueba de la persecución?

¡Cuántos son los que practican cada día este martirio oculto y confiesan al Señor Jesús! También el Apóstol sabe de este martirio y de este testimonio fiel de Cristo, pues dice: Si de algo podemos preciarnos es del testimonio de nuestra conciencia.

Oración

Te rogamos, Señor, nos concedas el espíritu de forta­leza para que, alentados por el ejemplo glorioso de tu mártir san Sebastián, aprendamos a someternos a ti antes que a los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo.

21 de enero
Santa Inés
Virgen y mártir

Murió mártir en Roma en la segunda mitad del siglo III o, más probablemente, a principios del IV. El papa Dámaso honró su sepulcro con un poema, y muchos Padres de la Iglesia, a partir de san Ambrosio, le dedicaron alabanzas.

No tenía aún edad de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria
Del tratado de san Ambrosio, obispo, sobre las vírgenes

Celebramos hoy el nacimiento para el cielo de una virgen, imitemos su integridad; se trata también de una mártir, ofrezcamos el sacrificio. Es el día natalicio de santa Inés. Sabemos por tradición que murió mártir a los doce años de edad. Destaca en su martirio, por una parte, la crueldad que no se detuvo ni ante una edad tierna; por otra, la fortaleza que infunde la fe, capaz de dar testimonio en la persona de una jovencita.

¿Es que en aquel cuerpo tan pequeño cabía herida alguna? Y, con todo, aunque en ella no encontraba la espada donde descargar su golpe, fue ella capaz de vencer a la espada. Y eso que a esta edad las niñas no pueden soportar ni la severidad del rostro de sus padres, y si distraídamente se pinchan con una aguja, se poner a llorar como si se tratara de una herida.

Pero ella, impávida entre las sangrientas manos del verdugo, inalterable al ser arrastrada por pesadas y chirriantes cadenas, ofrece todo su cuerpo a la espada del enfurecido soldado, ignorante aún de lo que es la muerte, pero dispuesta a sufrirla; al ser arrastrada por la fuerza al altar idolátrico, entre las llamas tendía hacia Cristo sus manos, y así, en medio de la sacrílega hoguera, significaba con esta posición el estandarte triunfal de la victoria del Señor; intentaban aherrojar su cuello y sus manos con grilletes de hierro, pero sus miembros resultaban demasiado pequeños para quedar encerrados en ellos.

¿Una nueva clase de martirio? No tenía aún edad de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria; la lucha se presentaba difícil, la corona fácil; lo que parecía imposible por su poca edad lo hizo posible su virtud consumada. Una recién casada no iría al tálamo nupcial con la alegría con que iba esta doncella al lugar del suplicio, con prisa y contenta de su suerte, adornada su cabeza no con rizos, sino con el mismo Cristo, coronada no de flores, sino de virtudes.

Todos lloraban, menos ella. Todos se admiraban de que, con tanta generosidad, entregara una vida de la que aún no había comenzado a gozar, como si ya la hubiese vivido plenamente. Todos se asombraban de que fuera ya testigo de Cristo una niña que, por su edad, no podía aún dar testimonio de sí misma. Resultó así que fue capaz de dar fe de las cosas de Dios una niña que era incapaz legalmente de dar fe de las cosas humanas, porque el Autor de la naturaleza puede hacer que sean supera­das las leyes naturales.

El verdugo hizo lo posible para aterrorizarla, para atraerla con halagos, muchos desearon casarse con ella. Pero ella dijo:

«Sería una injuria para mi Esposo esperar a ver si me gusta otro; él me ha elegido primero, él me tendrá. ¿A qué esperas, verdugo, para asestar el golpe? Perezca el cuerpo que puede ser amado con unos ojos a los que no quiero».

Se detuvo, oró, doblegó la cerviz. Hubieras visto cómo temblaba el verdugo, como si él fuese el condenado; como temblaba su diestra al ir a dar el golpe, cómo palidecían los rostros al ver lo que le iba a suceder a la niña, mientras ella se mantenía serena. En una sola víctima tuvo lugar un doble martirio: el de la castidad y el de la fe. Permaneció virgen y obtuvo la gloria del martirio.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que eliges a los débiles para confundir a los fuertes de este mundo, concédenos a cuantos celebramos el triunfo de tu mártir santa Inés imitar la firmeza de su fe. Por nuestro Señor Jesucristo.

22 de enero
San Vicente
Diácono y mártir

Vicente, diácono de la Iglesia de Zaragoza, sufrió un atroz martirio en Valencia, durante la persecución de Diocleciano [284-305]. Su culto se difundió en seguida por toda la Iglesia.

Vicente venció en aquel por quien había sido vencido el mundo
De los sermones de san Agustín, obispo

A vosotros se os ha concedido la gracia –dice el Após­tol–, de estar del lado de Cristo, no sólo creyendo en él, sino sufriendo por él.

Una y otra gracia había recibido del diácono Vicente, las había recibido y, por esto, las tenía. Si no las hubiese recibido, ¿cómo hubiera podido tenerlas? En sus palabras tenía la fe, en sus sufrimientos la paciencia.

Nadie confíe en sí mismo al hablar; nadie confíe en sus propias fuerzas al sufrir la prueba, ya que, si hablamos con rectitud y prudencia, nuestra sabiduría proviene de Dios y, si sufrimos los males con fortaleza, nuestra paciencia es también don suyo.

Recordad qué advertencias da a los suyos Cristo, el Señor, en el Evangelio; recordad que el Rey de los mártires es quien equipa a sus huestes con las armas espirituales, quien les enseña el modo de luchar, quien les suministra su ayuda, quien les promete el remedio, quien, habiendo dicho a sus discípulos: En el mundo tendréis luchas, añade inmediatamente, para consolarlos y ayudarlos a vencer el temor: Pero tened valor: yo he vencido al mundo.

¿Por qué admirarnos, pues, amadísimos hermanos, de que Vicente venciera en aquel por quien había sido vencido el mundo? En el mundo –dice– tendréis luchas; se lo dice para que estas luchas no los abrumen, para que en el combate no sean vencidos. De dos maneras ataca el mundo a los soldados de Cristo: los halaga para seducirlos, los atemoriza para doblegarlos. No dejemos que nos domine el propio placer, no dejemos que nos atemorice la ajena crueldad, y habremos vencido al mundo.

En uno y otro ataque sale al encuentro Cristo, para que el cristiano no sea vencido. La constancia en el sufrimiento que contemplamos en el martirio que hoy conmemoramos es humanamente incomprensible, pero la vemos como algo natural si en este martirio reconocemos el poder divino.

Era tan grande la crueldad que se ejercitaba en el cuerpo del mártir y tan grande la tranquilidad con que él hablaba, era tan grande la dureza con que eran tratados sus miembros y tan grande la seguridad con que sonaban sus palabras, que parecía como si el Vicente que hablaba no fuera el mismo que sufría el tormento.

Es que, en realidad, hermanos, así era: era otro el que hablaba. Así lo había prometido Cristo a sus testigos, en el Evangelio, al prepararlos para semejante lucha. Había dicho, en efecto: No os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis. No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

Era, pues, el cuerpo de Vicente el que sufría, pero era el Espíritu quien hablaba, y, por estas palabras del Espíritu, no sólo era redargüida la impiedad, sino también ­confortada la debilidad.

O bien:

Vicente, por su fe, fue vencedor en todo
De los sermones de san Agustín, obispo

Hemos contemplado un gran espectáculo con los ojos de la fe: al mártir san Vicente, vencedor en todo. Venció en las palabras y venció en los tormentos, venció en la confesión y venció en la tribulación, venció abrasado por el fuego y venció al ser arrojado a las olas, venció, finalmente, al ser atormentado y venció al morir por la fe.

Cuando su carne, en la cual estaba el trofeo de Cristo vencedor, era arrojada desde la nave al mar, Vicente decía calladamente:

«Nos derriban, pero no nos rematan».

¿Quién dio esta paciencia a su soldado, sino aquel que antes derramó la propia sangre por él? A quien se dice en el salmo: Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. Un gran combate comporta una gran gloria, no humana ni temporal, sino divina y eterna. Lucha la fe, y cuando lucha la fe nada se consigue con la victoria sobre la carne. Porque, aunque sea desgarrado y despedazado, ¿cómo puede perecer el que ha sido redimido por la sangre de Cristo?

Oración

Dios todopoderoso y eterno, derrama sobre nosotros tu Espíritu, para que nuestros corazones se abrasen en el amor intenso que ayudó a san Vicente a superar los tormentos. Por nuestro Señor Jesucristo.

23 de enero
San Ildefonso
Obispo

Ildefonso, nacido en Toledo de noble familia, sobre el año 606, profesó muy joven en el monasterio de Agalí, en las afueras de su ciudad natal, uno de los más insignes de la España visigoda. En el año 657 sucedió a san Eugenio en la silla metropolitana. Desarrolló una gran labor catequética defendiendo la virginidad de María y exponiendo la verdadera doctrina sobre el bautismo. Murió el 23 de enero del año 667. Su cuerpo fue trasladado a Zamora.

En el bautismo, Cristo es quien bautiza
Del libro de san Ildefonso, obispo, sobre el conocimiento del bautismo

Vino el Señor para ser bautizado por el siervo Por humildad, el siervo lo apartaba, diciendo: Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí? Pero, por justicia, el Señor se lo ordenó, respondiendo: Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.

Después de esto, declinó el bautismo de Juan, que era bautismo de penitencia y sombra de la verdad, y empezó el bautismo de Cristo, que es la verdad, en el cual se obtie­ne la remisión de los pecados, aun cuando no bautizase Cristo, sino sus discípulos. En este caso, bautiza Cristo, pero no bautiza. Y las dos cosas son verdaderas bautiza Cristo, porque es él quien purifica, pero no bautiza, por­que no es él quien baña. Sus discípulos, en aquel tiempo, ponían las acciones corporales de su ministerio, como hacen ­también ahora los ministros, pero Cristo ponía el auxilio de su majestad divina. Nunca deja de bautizar el que no cesa de purificar; y, así, hasta el fin de los siglos, Cristo es el que bautiza, porque es siempre él quien purific­a.

Por tanto, que el hombre se acerque con fe al humilde ministro, ya que éste está respaldado por tan gran maestro. ­El maestro es Cristo. Y la eficacia de este sacramento reside no en las acciones del ministro, sino en el poder del maestro, que es Cristo.

Oración

Dios todopoderoso, que hiciste a san Ildefonso insigne defensor de la virginidad de María, concede a los que creemos en este privilegio de la Madre de tu Hijo sentirnos ­amparados por su poderosa y materna intercesión. Por nuestro Señor Jesucristo.

24 de enero
San Francisco de Sales
Obispo y doctor de la iglesia

Nació en Saboya el año 1567. Una vez ordenado sacerdote, trabajó intensamente por la restauración católica en su patria. Nombrado obispo de Ginebra, actuó como un verdadero pastor para con los clérigos y fieles, adoctrinándolos en la fe con sus escritos y con sus obras, convirtiéndose en un ejemplo para todos. Murió en Lyon el día 28 de diciembre del año 1622, pero fue el día 24 de enero del año siguiente cuando se realizó su sepultura definitiva en Annecy.

La devoción se ha de ejercitar de diversas maneras
De la introducción a la vida devota, de san Francisco de Sales, obispo

En la misma creación, Dios creador mandó a las plantas que diera cada una fruto según su propia especie: así también mandó a los cristianos, que son como las plantas de su Iglesia viva, que cada uno diera un fruto de devoción conforme a su calidad, estado y vocación.

La devoción, insisto, se ha de ejercitar de diversas maneras, según que se trate de una persona noble o de un obrero, de un criado o de un príncipe, de una viuda o de una joven soltera, o bien de una mujer casada. Más aún: la devoción se ha de practicar de un modo acomodado a las fuerzas, negocios y ocupaciones particulares de cada uno.

Dime, te ruego, mi Filotea, si sería lógico que los obispos quisieran vivir entregados a la soledad, al modo de los cartujos; que los casados no se preocuparan de aumentar su peculio más que los religiosos capuchinos; que un obrero se pasara el día en la iglesia, como un religioso; o que un religioso, por el contrario, estuviera continuamente absorbido, a la manera de un obispo, por todas las circunstancias que atañen a las necesidades del prójimo. Una tal devoción ¿por ventura no sería algo ridículo, desordenado o inadmisible?

Y con todo, esta equivocación absurda es de lo más frecuente. No ha de ser así; la devoción, en efecto, mientra­s sea auténtica y sincera, nada destruye, sino que todo lo perfecciona y completa, y, si alguna vez resulta de verdad contraria a la vocación o estado de alguien, sin duda es porque se trata de una falsa devoción.

La abeja saca miel de las flores sin dañarlas ni destrui­rlas, dejándolas tan íntegras, incontaminadas y frescas como las ha encontrado. Lo mismo, y mejor aún, hace la verdadera devoción: ella no destruye ninguna clase de vocación o de ocupaciones, sino que las adorna y em­bellece.

Del mismo modo que algunas piedras preciosas baña­das en miel se vuelven más fúlgidas y brillantes, sin per­der su propio color, así también el que a su propia voca­ción junta la devoción se hace más agradable a Dios y más perfecto. Esta devoción hace que sea mucho más apacible el cuidado de la familia, que el amor mutuo entre marido y mujer sea más sincero, que la sumisión debida a los gobernantes sea más leal, y que todas las ocupaciones, de cualquier clase que sean, resulten más llevaderas y hechas con más perfección.

Es, por tanto, un error, por no decir una herejía, el pretender excluir la devoción de los regimientos militares, del taller de los obreros, del palacio de los príncipes, de los hogares y familias; hay que admitir, amadísima Filotea, que la devoción puramente contemplativa, monástica y religiosa puede ser ejercida en estos oficios y estados; pero, además de este triple género de devoción, existen también otros muchos y muy acomodados a las diversas situaciones de la vida seglar.

Así pues, en cualquier situación en que nos hallemos, debemos y podemos aspirar a la vida de perfección.

Oración

Señor, Dios nuestro, tú has querido que el santo obispo Francisco de Sales se entregara a todos generosamente para la salvación de los hombres; concédenos, a ejemplo suyo, manifestar la dulzura de tu amor en el servicio a nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.

25 de enero
La conversión del apóstol san Pablo
Pablo lo sufrió todo por amor a Cristo
De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo

Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y cuánta su capacidad de virtud lo podemos colegir sobre todo de la persona de Pablo. Cada día se levantaba con una mayor elevación y fervor de espíritu y, frente a los peligros que lo acechaban, era cada vez mayor su empuje, como lo atestiguan sus propias palabras: Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante; y, al presentir la inminencia de su muerte, invitaba a los demás a compartir su gozo, diciendo: Estad alegres y asociaos a mi alegría; y, al pensar en sus peligros y oprobios, se alegra también  dice, escribiendo a los corintios: Vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos y de las persecuciones; incluso llama a estas cosas armas de justicia, significando con ello que le sirven de gran provecho.

Y así, en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve victorioso de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo: Doy gracias a Dios, que siempre nos asocia a la victoria de Cristo. Imbuido de estos senti­mientos, se lanzaba a las contradicciones e injurias, que le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que nosotros empleamos en la consecución de los honores, deseando la muerte más que nosotros deseamos la vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo mucho que muchos otros apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él temía era ofender a Dios; lo demás le tenía sin cuidado. Por esto mismo, lo único que deseaba era agradar siempre a Dios.

Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte, sin él, de los más encumbrados y honorables.

Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este amor: para él, su privación signific­aba el infierno, el único sufrimiento, el suplicio infinito e intolerable.

Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de los ángeles, los bienes presentes y ­futuros, el reino, las promesas, el conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.

Las realidades presentes las despreciaba como hierba ya podrida. A los mismos gobernantes y al pueblo enfurecido contra él les daba el mismo valor que a un insignificante mosquito.

Consideraba como un juego de niños la muerte y la más variada clase de tormentos y suplicios, con tal de poder sufrir algo por Cristo.

Oración

Señor, Dios nuestro, tú que has instruido a todos los pueblos con la predicación del apóstol san Pablo, concede a cuantos celebramos su conversión caminar hacia ti, siguiendo su ejemplo, y ser ante el mundo testigos de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo.

26 de enero
San Timoteo y san Tito
Obispos

Timoteo y Tito, discípulos y colaboradores del apóstol Pablo, presidieron las Iglesias de Efeso y de Creta, respectivamente. Ellos fueron los destinatarios de las cartas llamadas «pastorales», cartas llenas de excelentes recomendaciones para la formación de pastores y fieles.

He combatido bien mi combate
De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo

Pablo, encerrado en la cárcel, habitaba ya en el cielo, y recibía los azotes y heridas con un agrado superior al de los que conquistan el premio en los juegos; amaba los sufrimientos no menos que el premio, ya que estos mism­os sufrimientos, para él, equivalían al premio; por esto, los consideraba como una gracia. Sopesemos bien lo que esto significa. El premio consistía ciertamente en partir para estar con Cristo; en cambio, quedarse en esta vida significaba el combate; sin embargo, el mismo anhelo de estar con Cristo lo movía a diferir el premio, llevado del deseo del combate, ya que lo juzgaba más necesario.

Comparando las dos cosas, el estar separado de Cristo representaba para él el combate y el sufrimiento, más aún el máximo combate y el máximo sufrimiento. Por el contrario, estar con Cristo representaba el premio sin comparación; con todo, Pablo, por amor a Cristo, prefiere el combate al premio.

Alguien quizá dirá que todas estas dificultades él las tenía por suaves, por su amor a Cristo. También yo lo admito, ya que todas aquellas cosas, que para nosotros son causa de tristeza, en él engendraban el máximo delei­te. Y ¿para qué recordar las dificultades y tribulacione­s? Su gran aflicción le hacía exclamar: ¿Quién enferma sin que yo enferme?; ¿quién cae sin que a mi me dé fiebre?

Os ruego que no sólo admiréis, sino que también imitéis este magnífico ejemplo de virtud: así podremos ser partícip­es de su corona.

Y, si alguien se admira de esto que hemos dicho, a saber, que el que posea unos méritos similares a los de Pablo obtendrá una corona semejante a la suya, que atienda a las palabras del mismo Apóstol: He combatido bien mi comba­te, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todo­s los que tienen amor a su venida. ¿Te das cuenta de cómo nos invita a todos a tener parte en su misma gloria?

Así pues, ya que a todos nos aguarda una misma co­rona de gloria, procuremos hacernos dignos de los bienes que tenemos prometidos.

Y no sólo debemos considerar en el Apóstol la magnit­ud y excelencia de sus virtudes y su pronta y robusta disposición de ánimo, por las que mereció llegar a un premio tan grande, sino que hemos de pensar también que su naturaleza era en todo igual a la nuestra; de este modo, las cosas más arduas nos parecerán fáciles y llevaderas y, esforzándonos en este breve tiempo de nuestra vida, alcanzaremos aquella corona incorruptible e inmortal, por la gracia y la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el imperio ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Oración

Oh Dios, que hiciste brillar con virtudes apostólicas a los santos Timoteo y Tito, concédenos, por su intercesión, que, después de vivir en este mundo en justicia y santidad, merezcamos llegar al reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.

27 de enero
Santa Ángela de Mérici
Virgen

Nació alrededor del año 1470 en Desenzano, región de Veneci­a. Tomó el hábito de la tercera Orden franciscana y reunió a un grupo de jóvenes, a las que instruyó en la práctica de la caridad. El año 1535 fundó en Brescia una sociedad de mujeres, bajo la advocación de santa Úrsula, dedicadas a la formación cristiana de las niñas pobres. Murió el año 1540.

Lo dispuso todo con suavidad
Del testamento espiritual de santa Ángela de Mérici, virgen

Queridísimas madres y hermanas en Cristo Jesús: En primer lugar, poned todo vuestro empeño, con la ayuda de Dios, en concebir el propósito de no aceptar el cuidado ­y dirección de los demás, si no es movidas única­mente por el amor de Dios y el celo de las almas.

Sólo si se apoya en esta doble caridad, podrá producir buenos y saludables frutos vuestro cuidado y dirección, ya que, como afirma nuestro Salvador: Un árbol sano no puede dar frutos malos.

El árbol sano, dice, esto es, el corazón bueno y el ánimo encendido en caridad, no puede sino producir obras buenas y santas; por esto, decía san Agustín: «Ama, y haz lo que quieras»; es decir, con tal de que tengas amor y caridad, haz lo que quieras, que es como si dijera: ­«La caridad no puede pecar».

Os ruego también que tengáis un conocimiento personal de cada una de vuestras hijas, y que llevéis gra­bado en vuestros corazones no sólo el nombre de cada una, sino también su peculiar estado y condición. Ello no os será difícil si las amáis de verdad.

Las madres en el orden natural, aunque tuvieran mil hijos, llevarían siempre grabados en el corazón a cada uno de ellos, y jamás se olvidarían de ninguno, porque su amor es sobremanera auténtico. Incluso parece que cuantos más hijos tienen, más aumenta su amor y el cuidado de cada uno de ellos. Con más motivo, las madres espirituales pueden y deben comportarse de este modo, ya que el amor espiritual es más poderoso que el amor que procede del parentesco de sangre.

Por lo cual, queridísimas madres, si amáis a estas vuestras hijas con una caridad viva y sincera, por fuerza las llevaréis a todas y cada una de ellas grabadas en vuestra memoria y en vuestro corazón.

También os ruego que procuréis atraerlas con amor, mesura y caridad, no con soberbia ni aspereza, ni teniendo con ellas la amabilidad conveniente, según aquellas palabras de nuestro Señor: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, imitando a Dios, del cual leemos: Lo dispuso todo con suavidad. Y también dice Jesús: Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Del mismo modo, vosotras tratadlas siempre a todas con suavidad, evitando principalmente el imponer con violencia vuestra autoridad: Dios, en efecto, nos ha dado a todos la libertad y, por esto, no obliga a nadie, sino que se limita a señalar, llamar, persuadir. Algunas veces, no obstante, será necesario actuar con autoridad y severidad, cuando razonablemente lo exijan las circunstancias y necesidades personales; pero, aun en este caso, lo único que debe movernos es la caridad y el celo las almas.

Oración

Señor, que no deje de encomendarnos a tu misericordia la santa virgen Ángela de Mérici, para que, siguiendo sus ejemplos de caridad y prudencia, sepamos guardar tu doctrina y llevarla a la práctica en la vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

28 de enero
Santo Tomás de Aquino
Presbítero y doctor de la iglesia

Nació alrededor del año 1225, de la familia de los condes de Aquino. Estudió primero en el monasterio de Montecasino, luego en Nápoles; más tarde ingresó en la Orden de Predica­dores, y completó sus estudios en París y en Colonia, donde tuvo por maestro a san Alberto Magno. Escribió muchas obras llenas de erudición y ejerció también el profesorado, contribuyendo en gran manera al incremento de la filosofía y de la teología. Murió cerca de Terracina el día 7 de marzo de 1274. Su memoria se celebra el día 28 de enero, por razón de que en esa fecha tuvo lugar, el año 1369, el traslado de su cuerpo a Tolosa del Languedoc.

En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes
De las Conferencias de santo Tomás de Aquino, presbítero

¿Era necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo era, ciertamente, y por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar nuestros pecados; la otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar.

Para remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del pecado.

La segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes.

Si buscas un ejemplo de amor: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos. Esto es lo hizo Cristo en la cruz. Y, por esto, si él entregó su vida por nosotros, no debemos considerar gravoso cualquier mal que tengamos que sufrir por él.

Si buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos  dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, unos males que podrían evitarse. Ahora bien, Cristo, en la cruz, sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya que en su pasión no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca. Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia.

Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.

Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel se hizo obediente al Padre hasta la muerte: Si por la desobediencia de uno –es decir, de Adán– todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.

Si buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenales, imita a aquel que es Rey de reyes y Señor de señores, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y el conocer, desnudo en la cruz, burlado, escupido, flagelado, coronado de espinas, a quien finalmente, dieron a beber hiel y vinagre.

No te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que se repa­rtieron mis ropas; ni a los honores, ya que él experi­mentó las burlas y azotes; ni a las dignidades, ya que le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado; ni a los placeres, ya que para mi sed me dieron vinagre.

Oración

Oh Dios, que hiciste de santo Tomás de Aquino un varón preclaro por su anhelo de santidad y por su dedica­ción a las ciencias sagradas, concédenos entender lo que él enseñó e imitar el ejemplo que nos dejó en su vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

31 de enero
San Juan Bosco
Presbítero

Nació junto a Castelnuovo, en la diócesis de Turín, el año 1815. Su niñez fue dura. Una vez ordenado sacerdote, empleó todas sus energías en la educación de los jóvenes e instituyó Congregaciones destinadas a enseñarles diversos oficios y formarlos en la vida cristiana. Escribió también algunos opúsculos en defensa de la religión. Murió el año 1888.

Trabajé siempre con amor
De las cartas de san Juan Bosco, presbítero

Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene, ante todo, que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestros amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación salesiana.

¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de convencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar; amenazar al niño que persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a la vez.

Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia los llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y rebeldes a su amor.

Guardaos de que nadie pueda pensar que os dejáis llevar por los arranques de vuestro espíritu. Es dificil, al castigar, conservar la debida moderación, la cual es ne­cesaria para que en nadie pueda surgir la duda de que obramos sólo para hacer prevalecer nuestra autoridad o para desahogar nuestro mal humor.

Miremos como a hijos a aquellos sobre los cuales debe­mos ejercer alguna autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar, y avergonzémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para servirlos mejor.

Éste era el modo de obrar de Jesús con los apóstoles, ya que era paciente con ellos, a pesar de que eran ignoran­tes y rudos, e incluso poco fieles; también con los pecadores se comportaba con benignidad y con una ami­gable familiaridad, de tal modo que era motivo de admiración para unos, de escándalo para otros, pero también ocasión de que muchos concibieran la esperanza de alcanzar ­el perdón de Dios. Por esto, nos mandó que fuésemos mansos y humildes de corazón.

Son hijos nuestros, y, por esto, cuando corrijamos sus errores, hemos de deponer toda ira o, por lo menos, domi­narla de tal manera como si la hubiéramos extinguido totalmente.

Mantengamos sereno nuestro espíritu, evitemos el des­precio en la mirada, las palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como nos conviene a unos padres de verdad, que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de sus hijos.

En los casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad que arrojar un torrente de palabras, ya  que éstas ofenden a los que las escuchan, sin que sirvan de provecho alguno a los culpables.

Oración

Señor, tú que has suscitado en san Juan Bosco un padre y un maestro para la juventud, danos también a nosotros un celo infatigable y un amor ardiente, que nos impulse a entregarnos al bien de los hermanos y a servirte a ti en ellos con fidelidad. Por nuestro Señor Jesucristo.




19 de noviembre
SANTA ISABEL de HUNGRÍA
Reina
(1207-1231)

Santa Isabel, hija de Andrés II, rey de Hungría, y esposa de Luis IV, landgrave de Turingia, levantábase todas las noches para orar a Dios, alimentaba hasta a novecientos pobres todos los días y seguía descalza las procesiones. A la muerte de su virtuoso esposo, que se había hecho cruzado con Federico Barbarroja: “Dios mío -dijo ella- cuando para resucitarlo no tuviese sino que dar un solo cabello, no lo daría si ello fuese contra vuestra voluntad”. Despojada y echada entonces como disipadora por su cuñado, vivió pobre con sus tres hijos; recobró después sus bienes cuyas rentas distribuyó a los pobres, y murió en una cabaña, el 17 de noviembre de 1231, contando menos de 24 años de edad. Su fiesta se celebra el 19, patrona de las viudas, novias.



5 de noviembre
Santa Isabel



La bella historia de estos dos santos esposos la cuenta San Lucas en el primer capítulo de su evangelio.

"Hubo en tiempos del rey Herodes un sacerdote llamado Zacarías, casado con Isabel, una mujer descendiente del hermano de Moisés, el sumo sacerdote Aarón".

De estos dos esposos hace el evangelio un elogio formidable. Dice así: "Los dos llevaban una vida santa, eran justos ante Dios, y observaban con exactitud todos los mandamientos y preceptos del Señor". Ojalá de cada uno de nuestros hogares se pudiera decir algo semejante. Sería maravilloso.

Dice San Lucas: "Zacarías e Isabel no tenían hijos, porque ella era estéril. Además ya los dos eran de avanzada edad".

Y un día, cuando a Zacarías le correspondió el turno de subir al altar (detrás del velo) a ofrecer incienso, toda la multitud estaba afuera rezando.

Y se le apareció el Ángel del Señor, y Zacarías al verlo se llenó de temor y un gran terror se apoderó de él. El ángel le dijo: "No tema Zacarías, porque su petición ha sido escuchada. Isabel su mujer, dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Juan. Él será para ustedes gozo y alegría, y muchos se alegrarán por su nacimiento, porque será grande ante el Señor; no beberá licores; estará lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos hacia Dios, y tendrá el espíritu del profeta Elías, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto".

Zacarías le dijo al ángel: "¿Cómo puedo saber que esto que me dice sí es cierto? Porque yo soy muy viejo e Isabel mi esposa es estéril". El ángel le dijo: "Yo soy Gabriel, uno de los que están en la presencia del Dios, y he sido enviado para comunicarle esta buena noticia. Pero por no haber creído a las palabras que le he dicho, se quedará mudo y no podrá hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, que se cumplirán todas a su tiempo".

El pueblo estaba esperando a que saliera Zacarías y se extrañaban de que demorara tanto en aparecer. Cuando apareció no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había tenido alguna visión. Él les hablaba por señas y estaba mudo.

"Después Isabel concibió un hijo y estuvo oculta durante cinco meses (sin contar a los vecinos que iba a tener un niño)". Y decía: "Dios ha querido quitarme mi humillación y se ha acordado de mí".

El ángel Gabriel contó a María Santísima en el día de la anunciación, que Isabel iba a tener un hijo. Ella se fue corriendo a casa de Isabel y allí estuvo tres meses acompañándola y ayudándole en todo, hasta que nació el niño Juan, cuyo nacimiento fue un verdadero acontecimiento (como se narra en el 24 de junio).


San Narciso, Obispo de Jerusalén
29 de Octubre

Era ya muy anciano cuando fue elegido obispo de Jerusalén. Eusebio cuenta que, en su tiempo, los cristianos de este lugar recordaban todavía algunos de los milagros del santo obispo. Por ejemplo como los diáconos no tuviesen aceite para las lámparas la víspera de la Pascua, San Narciso pidió que trajesen agua, se puso en oración y después mandó que la pusiesen en las lámparas. Así lo hicieron y el agua se transformó en aceite.

Algunos molestos por la severidad del santo, y por la disciplina que exigía en su diócesis, le acusaron de haber cometido un crimen. Para no ser causa de conflicto decidió retirarse a la soledad. Ya no se supo más de él hasta que, durante el gobierno de Gordio, apareció nuevamente. Como ya se sentía muy anciano para retomar el obispado, nombró a San Alejandro por coadjutor. Se dice que Narciso murió a los 116 años.


San Quintín
31 de Octubre

Fue Quintín hijo de un senador romano muy apreciado de la gente.

Se hizo amigo del Papa San Marcelino, quién lo bautizó.

El más grande deseo de Quintín era hacer que muchas personas conocieran y amaran a Jesucristo, y poder derramar su sangre por defender la religión.

Cuando el Papa San Cayo organizó una expedición de misioneros para ir a evangelizar a Francia, Quintín fue escogido para formar parte de ese grupo de evangelizadores.

Dirigido por el jefe de la misión, San Luciano, fue enviado Quintín a la ciudad de Amiens, la cual ya había sido evangelizada en otro tiempo por San Fermín, por lo cual hubo un nutrido grupo de cristianos que le ayudaron allí a extender la religión. Quintín y sus compañeros se dedicaron con tan grande entusiasmo a predicar, que muy pronto ya en Amiens hubo una de las iglesias locales más fervorosas del país.

Nuestro santo había recibido de Dios el don de sanación, y así al imponer las manos lograba la curación de ciegos, mudos, paralíticos y demás enfermos. Había recibido también de Nuestro Señor un poder especial para alejar los malos espíritus, y eran muchas las personas que se veían libres de los ataques del diablo al recibir la bendición de San Quintín. Esto atraía más y más fieles a la religión verdadera. Los templos paganos se quedaban vacíos, los sacerdotes de los ídolos ya no tenían oficio, mientras que los templos de los seguidores de Jesucristo se llenaban cada vez más y más.

Los sacerdotes paganos se quejaron ante el gobernador Riciovaro, diciéndole que la religión de los dioses de Roma se iba a quedar sin seguidores si Quintín seguía predicando y haciendo prodigios. Riciovaro, que conocía a la noble familia de nuestro santo, lo llamó y le echó en cara que un hijo de tan famoso senador romano se dedicara a propagar la religión de un crucificado. Quintín le dijo que ese crucificado ya había resucitado y que ahora era el rey y Señor de cielos y tierra, y que por lo tanto para él era un honor mucho más grande ser seguidor de Jesucristo que ser hijo de un senador romano.

El gobernador hizo azotar muy cruelmente a Quintín y encerrarlo en un oscuro calabozo, amarrado con fuertes cadenas. Pero por la noche se le soltaron las cadenas y sin saber cómo, el santo se encontró libre, en la calle. Al día siguiente estaba de nuevo predicando a la gente.

Entonces el gobernador lo mandó poner preso otra vez y después de atormentarlo con terribles torturas, mandó que le cortaran la cabeza, y voló al cielo a recibir el premio que Cristo ha prometido para quienes se declaran a favor de Él en la tierra.

Fiesta de Todos los Santos
1 de Noviembre

La Iglesia Católica ha llamado "santos" a aquellos que se han dedicado a que su propia vida le sea lo más agradable posible a Nuestro Señor.

Hay unos que han sido "canonizados", o sea declarados oficialmente santos por el Sumo Pontífice, por lo que por su intercesión se han conseguido admirables milagros, y porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.

Para ser declarado "santo" por la Iglesia Católica se necesita toda una serie de trámites rigurosos. Primero una exhaustiva averiguación con personas que lo conocieron, para saber si en verdad su vida fue ejemplar y virtuosa. Si se logra comprobar por el testimonio de muchos que su comportamiento fue ejemplar, se le declara "Siervo de Dios". Si por detalladas averiguaciones se llega a la conclusión de que sus virtudes, fueron heroicas, es declarado "Venerable". Más tarde, si por su intercesión se consigue algún milagro totalmente inexplicable por medios humanos, es declarado "Beato". Finalmente si se consigue un nuevo y maravillosos milagro por haber pedido su intercesión, el Papa lo declara "santo".

En el caso de algunos santos el procedimiento de canonización ha sido rápido, como por ejemplo para San Francisco de Asís y San Antonio, que sólo duró 2 años.

Poquísimos otros han sido declarados santos seis años después de su muerte, o a los 15 o 20 años. Para la inmensa mayoría, los trámites para su beatificación y canonización duran 30, 40, 50 y hasta cien años o más. Después de 20 o 30 años de averiguaciones, la mayor o menor rapidez para la beatificación o canonización, depende de quien obtenga más o menos pronto los milagros requeridos.

Los santos "canonizados" oficialmente por la Iglesia Católica son varios millares. Pero existe una inmensa cantidad de santos no canonizados, pero que ya están gozando de Dios en el cielo. A ellos especialmente está dedicada esta fiesta de hoy.


San Martín de Porres
3 de Noviembre


Nació en la ciudad de Lima, Perú, el día 9 de diciembre del año 1579. Fue hijo de Juan de Porres, caballero español de la Orden de Calatrava, y de Ana Velásquez, negra libre panameña.

Martín es bautizado en la iglesia de San Sebastián, donde años más tarde Santa Rosa de Lima también lo fuera.

El 2 de junio de 1603 se consagra a Dios por su profesión religiosa. El P. Fernando Aragonés testificará: "Se ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos, dando limosna a españoles, indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor". La portería del convento es un reguero de soldados humildes, indios, mulatos, y negros; él solía repetir: "No hay gusto mayor que dar a los pobres".

Su hermana Juana tenía buena posición social, por lo que, en una finca de ella, daba cobijo a enfermos y pobres. Y en su patio acoge a perros, gatos y ratones.

Pronto la virtud del moreno dejó de ser un secreto. Su servicio como enfermero se extendía desde sus hermanos dominicos hasta las personas más abandonadas que podía encontrar en la calle. Su humildad fue probada en el dolor de la injuria, incluso de parte de algunos religiosos dominicos. Incomprensión y envidias: camino de contradicciones que fue asemejando al mulato a su Reconciliador.

Su culto se ha extendido prodigiosamente. Gregorio XVI lo declaró Beato en 1837. Fue canonizado por Juan XXIII en 1962. Recordaba el Papa, en la homilía de la canonización, las devociones en que se había distinguido el nuevo Santo: su profunda humildad que le hacía considerar a todos superiores a él, su celo apostólico, y sus continuos desvelos por atender a enfermos y necesitados, lo que le valió, por parte de todo el pueblo, el hermoso apelativo de "Martín de la caridad".

Su fiesta se celebra el 3 de Noviembre.


Legado social y ético de Juan Pablo II

La enseñanza de Juan Pablo II presenta una toma de postura neta a favor del hombre, entendido no como género humano, como naturaleza humana, sino de modo concreto. El Papa se pronuncia en favor de cada hombre, que debe ser respetado, defendido de sí mismo y del ambiente que le rodea, y confrontado con su verdadera imagen.
Ha dicho el Papa eslavo "todo lo que empequeñece al hombre daña la causa de la libertad". Hoy en nuestra sociedad tenemos que recuperar esa visión de unidad que una hombre y sociedad.
El hombre nace en una familia, y de la mezcla de distintas familias, y de su convivencia en un lugar determinado, surge al cabo del tiempo un pueblo que ha creado su propia lengua y se rige por sus propias costumbres, constituyendo la comunidad de cultura. El Beato Juan Pablo II nos enseñaba del valor del Estado en unión al hombre.
Juan Pablo II insiste en reclamar la libertad para individuos y naciones, y darle su auténtico contenido. Al mismo tiempo recuerda que "no vivimos en un mundo irracional o sin sentido" . Hay una lógica moral que ilumina la existencia humana y hace posible el diálogo entre los hombres y entre los pueblos. Esta lógica tiene mucho que ver con la relación esencial entre la libertad y la verdad del hombre.
Su legado nos habla de educar para la libertad de cada uno de nosostros y de las naciones.
Y siempre en su magisterio destacó el valor de la democracia "El futuro de la democracia depende de una cultura capaz de formar a hombres y mujeres preparados para defender ciertas verdades y valores".
El camino justo para forjar una sociedad internacional que esté al servicio de los hombres, en la que reinen una paz y una justicia sin fronteras entre todos los pueblos y continentes, no es otro que el camino de la solidaridad, del diálogo y de la fraternidad universal .
El Papa Juan Pablo II tocó la vida de muchas personas en todo el mundo, en particular, los estadounidenses durante sus siete visitas a los Estados Unidos.
"Existen varias estaciones en la vida -decía en Fátima el 13 de mayo del año 2000-; Si acaso sientes que llega el invierno -se dirigía a los enfermos-, quiero que sepas que esta no puede ser la última estación, porque la última será la primavera".
Su legado influenció en áreas tan diversas como las relaciones del este al oeste, su interacción con los medios de comunicación, el uso ético de la tecnología, o la misión social de la Iglesia.


Beato Juan Plablo II
22 de octubre

La festividad litúrgica del beato Juan Pablo II es el 22 de octubre, y no el 1 de mayo, porque el 22 de octubre fue la fecha del comienzo de su pontificado.
Las celebraciones serán en Roma y en Polonia, por haber sido obispo de la Ciudad Eterna y Polonia por haber nacido allí.
Se ha concedido culto privado, local, como corresponde a todos los beatos.
El "culto privado", es en la zona donde nació, el "culto universal" que se le concede al santo quiere decir que se reconoce modelo público para todos los creyentes.


22 de octubre
Santa María Salomé

Santa María Salomé tenía tanto amor por Jesucristo, que le siguió hasta el Calvario, con Santa María Magdalena y María, madre de Santiago. Así, en el momento en que los discípulos abandonaban al Salvador, esta santa mujer le permaneció fiel. Ella proporcionó perfumes para ungir el cuerpo de Jesucristo y, el domingo, fue al santo sepulcro muy de mañana con sus dos compañeras. Allí, encontraron a un ángel que les anunció la resurrección de Jesucristo.

San Antonio María Claret
Fiesta: 24 de octubre
Obispo de Santiago de Cuba, fundador
Patrón de tejedores

-Nació en la villa de Sallent, provincia de Barcelona, el día 23 de diciembre de 1807.
-Fue obrero textil en su juventud.
-Ordenado sacerdote, fundó en Vic la Orden de los Claretianos.
-Recorió Cataluña durante varios años predicando.
-Fundó la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María.
-Fue nombrado arzobispo de Santiago de Cuba, cargo en el que se entregó de lleno al bien de las almas.
-Como arzobispo de Santiago de Cuba se destacó por su celo evangelizador por lo que recorrió toda su diócesis y sufrió un atentado contra su vida.
-Habiendo regresado a España, sus trabajos por el bien de la Iglesia le proporcionaron aún muchos sufrimientos.
-Confesor de la Reina Isabel II de España
-Unico santo canonizado entre los padres conciliares del Concilio Vaticano I.
-Escritor evangélico, especialmente de folletos de fácil alcance para todos (jóvenes, trabajadores, casados)
-Demostró un amor excepcional por la Eucaristía la cual conservaba en su corazón como tabernáculo
-Gran devoto de la Santísima Virgen.
-Patrón de las cajas de ahorro, ya que fundó una en Cuba en beneficio de los pobres.
-Sus experiencias místicas lo llevaron a levitar (alzarse del suelo)
- Murió en Fontfroide (Francia) el año 1870.


Santa Teresa de Ávila, hoy 15 de octubre

También llamada Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia. Reformadora del Carmelo, Madre de las Carmelitas Descalzas y de los Carmelitas Descalzos; "mater spiritualium" (título debajo de su estatua en la basílica vaticana); patrona de los escritores católicos y Doctora de la Iglesia  proclamada en 1970. La primera mujer, que junto a Santa Catalina de Siena recibe este título.


"Nada te turbe, nada te espante.
Todo se pasa. Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene, nada le falta.
Sólo Dios basta."

Santa Margarita María Alacoque
17 de octubre  1690

Margarita fue nombrada Maestra de novicias. Enseñó a las novicias la devoción al Sagrado Corazón (que consiste en imitar a Jesús en su bondad y humildad y en confiar inmensamente en Él, en ofrecer oraciones y sufrimientos y misas y comuniones para desagraviarlo, y en honrar su santa imagen) y aquellas jóvenes progresaron rapidísimo en santidad. Luego enseñó a su hermano (comerciante) esta devoción y el hombre hizo admirables progresos en santidad. Los jesuitas empezaron a comprobar que en las casas donde se practicaba la devoción al Corazón de Jesús las personas se volvían mucho más fervorosas.

El Corazón de Jesús le dijo: "Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí".

Antes de morir obtuvo que en su comunidad se celebrara por primera vez la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.

El 17 de octubre de 1690 murió llena de alegría porque podía ir a estar para siempre en el cielo al lado de su amadísimo Señor Jesús, cuyo Corazón había enseñado ella a amar tanto en este mundo.

San Lucas Evangelista
siglo I 18 de octubre

San Lucas escribió dos libros muy famosos: el tercer Evangelio y Los Hechos de los apóstoles. Es un escritor muy agradable, y el que tiene el estilo más hermoso en el Nuevo Testamento. Sus dos pequeños libros se leen con verdadero agrado.

Era médico. San Pablo lo llama "Lucas, el médico muy amado", y probablemente cuidaba de la quebrantada salud del gran apóstol.

Era compañero de viajes de San Pablo. En los Hechos de los apóstoles, al narrar los grandes viajes del Apóstol, habla en plural diciendo "fuimos a... navegamos a..." Y va narrando con todo detalle los sucesos tan impresionantes que le sucedieron a San Pablo en sus 4 famosos viajes. Lucas acompañó a San Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea y después otros dos en Roma. Es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Era griego.
Dicen que murió soltero, a la edad de 84 años, después de haber gastado su vida en hacer conocer y amar a Nuestro Señor Jesucristo.




San Demetrio


San Demetrio, procónsul, muerto a lanzadas en Tesalónica por convertir a la religión cristiana a los paganos, en tiempo del emperador Maximiano, 303, un 8 de octubre.
Demetrio fue nombrado patrono y protector de la región. Los peregrinos acudían en grandes multitudes al santuario, pues de las reliquias fluía un aceite de propiedades maravillosas. La iglesia de Tesalónica fue incendiada en 1917.
Según una leyenda salonicense, san Demetrio, que era originario de dicha ciudad, fue arrestado por predicar el Evangelio. Sin que precediese juicio alguno, fue asesinado en los baños públicos, donde se le había encarcelado. El relato más antiguo, que no es anterior al siglo VI, afirma que fue el propio emperador Maximiniano quien, en un arrebato de cólera provocado por el hecho de que su gladiador favorito había sido vencido por el inexperto Néstor, dio la orden de asesinar al mártir. Otros relatos posteriores hacen del diácono de Sirmium (si es que fue diácono) un procónsul y un santo guerrero, cuya fama como tal sólo cede a la de san Jorge. Los cruzados, que consideraban como patronos a los dos santos, pretendían haberlos visto luchar a su lado en la batalla de Antioquía de 1098, junto con san Mercurio. El san Demetrio de la leyenda popular es una figura puramente imaginaria. Como sucedió en los casos de san Procopio, san Menas, san Mercurio y otros, la imaginación popular transformó gradualmente a un mártir genuino, de cuya vida se sabía muy poco, en un guerrero de Cristo y en un mártir militar, e hizo de él el patrono y modelo de los soldados y de los caballeros. La fiesta de san Demetrio se celebra con gran solemnidad en todo el Oriente el 26 de octubre, y su nombre figura en la preparación de la liturgia eucarística bizantina.



Santa Pelagia, 8 de octubre

Es un consuelo encontrar en la tierra los rastros de quienes, habiendo sido presa del desarreglo, de la mala vida que por algún tiempo juzgaron como buena, del desorden y la lejanía de Dios, pues, mira... resulta que han sido gente que se salva. Sí, son una gran luz en la oscuridad que alienta la esperanza de los que somos más, de los pecadores.
Pelagia, se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras- se la llamaba "Margarita" que es la traducción de "gema", quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas.
Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo. Bastó oírlo para que Dios la moviera a sincera conversión, pidiera el bautismo y cambiara sus danzas, sus máscaras y abalorios por la penitencia. Termina el relato de su historia diciendo que murió penitente en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, en el año 468, disimulando con un máscara su condición de mujer, habiéndose hecho llamar Pelagio.


Ntra Sra del Pilar

Los documentos dicen textualmente que Santiago, "pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso".
En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol". La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".
Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar una iglesia en aquel sitio y, con el concurso de los conversos, la obra se puso en marcha con rapidez. Pero antes que estuviese terminada la Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a Judea. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.

Simbolismo del pilar. El pilar o columna: la idea de la solidez del edificio-iglesia con la de la firmeza de la columna-confianza en la protección de María.
La columna es símbolo del conducto que une el cielo y la tierra, "manifestación de la potencia de Dios en el hombre y la potencia del hombre bajo la influencia de Dios". Es soporte de los sagrado, soporte de la vida cotidiana. María, la puerta del cielo, la escala de Jacob, ha sido la mujer escogida por Dios para venir a nuestro mundo. En ella la tierra y el cielo se han unido en Jesucristo.
El día 12 de octubre de 1492, precisamente cuando las tres carabelas de Cristóbal Colon avistaban las desconocidas tierras de América, al otro lado del Atlántico, los devotos de la Virgen del Pilar cantaban alabanzas a la Madre de Dios en su santuario de Zaragoza, pues ese mismo día, conocido hoy como el Día de la Raza, era ya el día de la Virgen del Pilar.


12 de octubre

Día de la Raza es el nombre con que se denominaron inicialmente en la mayoría de los países hispanoamericanos las fiestas del 12 de octubre en conmemoración del avistamiento de tierra por el marinero Rodrigo de Triana en 1492, luego de haber navegado más de dos meses al mando de Cristóbal Colón a lo que posteriormente se denominaría América.
La fecha marca el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro y fusión de los pueblos originarios del continente americano y los colonizadores españoles.
Cuando la expedición de Colón zarpo desde las costa españolas a destino desconocido, sucedieron cosas que ellos nunca imaginaron, dónde llegarían ni qué día llegarían, menos la transformación de un continente ni la trascendencia que este hecho tendría a futuro.
Pero Dios sabía bien de sus planes, por muchos centenares de años, Él había permitido que un número muy grande de sus hijos, se mantuviera al margen de la civilización europea, sólo Él sabe por qué y para qué, pero queriendo Él lo mejor para sus hijos, dispuso cuándo era el tiempo del contacto formal entre hijos de distintos orígenes.
Hubo un tiempo en el mundo en el que Dios se dirigía a sus hijos, sin que estos estuvieran guiados por otros hombres, convencidos de lo que dicen y hacen es lo correcto, un mundo sin filosofías o doctrinas tan bien preparadas, sin preceptos que obligaran al ser humano a actuar de una determinada forma.
Dios entregaba a sus hijos su Providencia, ellos sentían la necesidad de tener un contacto con el creador de una forma muy espiritual. Dios no abandona nunca a sus hijos.
A muchos latinos, no nos agrada oír lo del “Día de la Raza”, preferimos el concepto del “Día de la Hispanidad”. A Zacarías de Vizcarra Arana (1880-1963), Obispo católico español, se le atribuye este concepto y ser el primer ideólogo de la “Hispanidad”.
Lo que hicieron y no hicieron esos españoles que vinieron y esos que por esta tierras vivían, no son “esos”, son nuestros ascendentes, en efecto, el que vino de la península formo familia y esa familia vive aquí, “esos”, son nuestros abuelos, o nuestros padres. A ellos nuestra gratitud por la cultura, el idioma y las tradiciones, por la música de la quena y el charango, la guitarra y las castañuelas.
FELIZ DIA DE LA DIVERSIDAD CULTURAL.





SANTOS ANGELES CUSTODIOS

Cada persona tiene un ángel custodio, 2 de octubre

La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.

SAN FRANCISCO DE ASIS

4 de Octubre – Patrono de la Ecología, un santo para todos

Nació en Asís (Italia), en el año 1182. Después de una juventud disipada en diversiones, se convirtió, renunció a los bienes paternos y se entregó de lleno a Dios. Abrazó la pobreza y vivió una vida evangélica, predicando a todos el amor de Dios. Dio a sus seguidores unas sabias normas, que luego fueron aprobadas por la Santa Sede. Fundó una Orden de frailes y su primera seguidora mujer, Santa Clara que funda las Clarisas, inspirada por El.

Es comúnmente sabido que San Francisco de Asís era amante tanto de la creación como de su Creador, su rol como iniciador del medioambientalismo es sorprendentemente ignorado en el epítome biográfico de su vida, la cual se centra principalmente en su viaje profundo de fé.

Un santo para todos

Ciertamente no existe ningún santo que sea tan popular como él, tanto entre católicos como entre los protestantes y aun entre los no cristianos. San Francisco de Asís cautivó la imaginación de sus contemporáneos presentándoles la pobreza, la castidad y la obediencia con la pureza y fuerza de un testimonio radical.
Llegó a ser conocido como el Pobre de Asís por su matrimonio con la pobreza, su amor por los pajarillos y toda la naturaleza. Todo ello refleja un alma en la que Dios lo era todo sin división, un alma que se nutría de las verdades de la fe católica y que se había entregado enteramente, no sólo a Cristo, sino a Cristo crucificado.

San Francisco, que era un verdadero poeta y le encantaba recorrer los campos cantando bellas canciones, compuso un himno a las criaturas, en el cual alaba a Dios por el sol, y la luna, la tierra y las estrellas, el fuego y el viento, el agua y la vegetación. "Alabado sea mi Señor por el hermano sol y la madre tierra, y por los que saben perdonar", etc. Le agradaba mucho cantarlo y hacerlo aprender a los demás y poco antes de morir hizo que sus amigos lo cantaran en su presencia. Su saludo era "Paz y bien".

Cuando sólo tenía 44 años sintió que le llegaba la hora de partir a la eternidad. Dejaba fundada la comunidad de Franciscanos, y la de hermanas Clarisas. Con esto contribuyó enormemente a enfervorizar la Iglesia Católica y a extender la religión de Cristo por todos los países del mundo. Los seguidores de San Francisco (franciscanos, capuchinos, clarisas, etc.) son el grupo religioso más numeroso que existe en la Iglesia Católica. El 3 de octubre de 1226, acostado en el duro suelo, cubierto con un hábito que le habían prestado de limosna, y pidiendo a sus seguidores que se amen siempre como Cristo los ha amado, murió como había vivido: lleno de alegría, de paz y de amor a Dios.

Cuando apenas habían transcurrido dos años después de su muerte, el Sumo Pontífice lo declaró santo y en todos los países de la tierra se venera y se admira a este hombre sencillo y bueno que pasó por el mundo enseñando a amar la naturaleza y a vivir desprendido de los bienes materiales y enamorados de nuestra buen Dios. Fue él quien popularizó la costumbre de hacer pesebres para Navidad.

Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el  Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación,
que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.

Oh, Maestro, haced que yo no busque
tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.

Porque es dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.


1 de octubre, día de Santa Teresa del Niño Jesús


Inspirada en el amor al Niño Jesús, a los 13 años de edad pretendió ingresar con las carmelitas de Lisieux, al igual que sus hermanas Paulina y Marie, sin embargo esto no fue posible por su corta edad.

Con motivo del Jubileo del papa León XIII, Martín decide ir en peregrinación a Roma, y lleva consigo a Teresita. Cuando el Sumo Pontífice pasó por donde ellos estaban para darles la bendición, de pronto ella alzó la cabeza para preguntarle si sería posible que al año siguiente pudiera entrar con las carmelitas.

Sorprendido ante la determinación de la niña, el papa le respondió que sí, si ésa era la voluntad de Dios. Esta experiencia se tradujo en una mayor devoción, y finalmente el 9 de abril de 1888 es admitida con las Carmelitas Descalzas de Lisieux.

A pesar de su frágil salud, siempre fue su deseo ofrecer su propio sufrimiento como sacrificio. Fue la madre superiora quien la nombró Teresa del Niño Jesús, en honor de Santa Teresa de Ávila, y también quien al ver sus sufrimientos la llamó cariñosamente Teresita.

En 1893 fue nombrada asistente de la institutriz de novicias, pero pronto fue ella quien se encargaba de la formación de éstas.

Santa Teresita del Niño Jesús les hablaba del “pequeño camino” para llegar a Dios que es la sencillez del alma. Esto se traduce, por ejemplo, en conservar el buen humor ante las adversidades que no podemos remediar.

Finalmente, a los 24 años de edad falleció Santa Teresita, con un crucifijo en la mano y expresando su amor a Dios en sus últimas palabras.

Su libro Historia de un alma fue todo un éxito de la literatura edificante a principios del siglo veinte, traduciéndose casi de inmediato a muchas lenguas.

Santa Teresita del Niño Jesús fue canonizada en 1925 por el papa Pío XI. El papa Juan Pablo II la proclamó Doctora de la Iglesia en 1997.

SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS nos enseña el valor de la inocencia y la simplicidad.


San Vicente de Paúl
27 de septiembre

Nació San Vicente en el pueblecito de Francia, en 1580. Su niñez la pasó en el campo, ayudando a sus padres en el pastoreo de las ovejas. Desde muy pequeño era sumamente generoso en ayudar a los pobres.
Los papás lo enviaron a estudiar con los padres franciscanos y luego en la Universidad de Toulouse, y a los 20 años, en 1600 fue ordenado de sacerdote.
Dice el santo que al principio de su sacerdocio lo único que le interesaba era hacer una carrera brillante, pero Dios lo purificó con tres sufrimientos muy fuertes.
1º. El Cautiverio. Viajando por el mar, cayó en manos de unos piratas turcos los cuales lo llevaron como esclavo a Túnez donde estuvo los años 1605, 1606 y 1607 en continuos sufrimientos.
2º. Logró huir del cautiverio y llegar a Francia, y allí se hospedó en casa de un amigo, pero a este se le perdieron 400 monedas de plata y le echó la culpa a Vicente y por meses estuvo acusándolo de ladrón ante todos los que encontraba. El santo se callaba y solamente respondía: "Dios sabe que yo no fui el que robó ese dinero". A los seis meses apareció el verdadero ladrón y se supo toda la verdad. San Vicente al narrar más tarde este caso a sus discípulos les decía: "Es muy provechoso tener paciencia y saber callar y dejar a Dios que tome nuestra defensa".
3º. La tercera prueba fue una terrible tentación contra la fe, que aceptó para lograr que Dios librara de esa tentación a un amigo suyo. Esto lo hizo sufrir hasta lo indecible y fue para su alma "la noche oscura". A los 30 años escribe a su madre contándole que amargado por los desengaños humanos piensa pasar el resto de su vida retirado en una humilde ermita. Cae a los pies de un crucifijo, consagra su vida totalmente a la caridad para con los necesitados, y es entonces cuando empieza su verdadera historia gloriosa.
Hace voto o juramento de dedicar toda su vida a socorrer a los necesitados, y en adelante ya no pensará sino en los pobres. Se pone bajo la dirección espiritual del Padre Berule (futuro cardenal) sabio y santo, hace Retiros espirituales por bastantes días y se lanza al apostolado que lo va a volver famoso.
En sus últimos años su salud estaba muy deteriorada, pero no por eso dejaba de inventar y dirigir nuevas y numerosas obras de caridad. Lo que más le conmovía era que la gente no amaba a Dios. Exclamaba: "No es suficiente que yo ame a Dios. Es necesario hacer que mis prójimos lo amen también".
El 27 de septiembre de 1660 pasó a la eternidad a recibir el premio prometido por Dios a quienes se dedican a amar y hacer el bien a los demás. Tenía 80 años.
El Santo Padre León XIII proclamó a este sencillo campesino como Patrono de todas las asociaciones católicas de caridad.

29 de Septiembre

San Miguel, San Gabriel y San Rafael
Arcángeles

Celebramos la fiesta de los tres Arcángeles que nombra la Sagrada Escritura
La palabra Arcángel proviene de dos palabras. Arc = el principal. Y ángel. O sea "principal entre los ángeles. Arcángel es como un jefe de los ángeles.
La Iglesia Católica ha tenido siempre una gran devoción al Arcángel San Miguel, especialmente para pedirle que nos libre de los ataques del demonio y de los espíritus infernales. Y él cuando lo invocamos llega a defendernos, con el gran poder que Dios le ha concedido. Muchos creen que él sea el jefe de los ejércitos celestiales.
Al Arcángel San Gabriel se le confió la misión más alta que jamás se le haya confiado a criatura alguna: anunciar la encarnación del Hijo de Dios. Por eso se le venera mucho desde la antigüedad.
San Gabriel es el patrono de las comunicaciones y de los comunicadores, porque trajo al mundo la más bella noticia: que el Hijo de Dios se hacía hombre.
Fue el arcángel enviado por Dios para quitarle la ceguera a Tobías y acompañar al hijo de éste en un larguísimo y peligroso viaje y conseguirle una santa esposa.
Se lo recuerda también el 7 de febrero. San Rafael es muy invocado para alejar enfermedades y lograr terminar felizmente los viajes.



11 de setiembre
JESUS MAESTRO

Jesús es el CAMINO... que nos muestra el Rostro amoroso del Padre y nos lleva al Padre.
Jesús es la VERDAD... que manifiesta a todos los hombres el verdadero sentido de la humanidad...
Jesús es la VIDA... que se comunica para que en Él todos tengamos vida y vida en abundancia...
Porque Jesús es Camino, Verdad y Vida, se convierte en un MAESTRO sin igual... Vale la pena ser discípulo de tan gran Maestro.
Feliz día a todos los maestros!

14 de setiembre
LA EXALTACIÓN de la SANTA CRUZ

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. Más tarde Cosroas, rey de Persia se llevó la cruz a su país. Heraclio la devolvió a Jerusalén.
El cristianismo es un mensaje de amor.
La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor.
En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente.
La Cruz aceptada - no la buscada - tiene un gran valor para cada uno y para todos.


SANTA MONICA

27 de agosto año 331

LA IGLESIA venera a Santa Mónica, esposa y viuda. Su hijo fue San Agustín, doctor de la Iglesia. Su ejemplo y oraciones por su hijo fueron decisivas. El mismo San Agustín escribe en sus Confesiones: "Ella me engendró sea con su carne para que viniera a la luz del tiempo, sea con su corazón, para que naciera a la luz de la eternidad".
Fue una mujer muy sufrida, por la aspereza de su marido, la rebeldía de su hijo. Poco antes de su última enfermedad, había dicho a Agustín: "Hijo, ya nada de este mundo me deleita. Ya no sé cual es mi misión en la tierra ni por qué me deja Dios vivir, pues todas mis esperanzas han sido colmadas. Mi único deseo era vivir hasta verte católico e hijo de Dios. Dios me ha concedido más de lo que yo le había pedido, ahora que has renunciado a la felicidad terrena y te has consagrado a su servicio".
En las "Confesiones", Agustín pide a los lectores que rueguen por Mónica y Patricio. Pero en realidad, son los fieles los que se han encomendado, desde hace muchos siglos, a las oraciones de Mónica, patrona de las mujeres casadas y modelo de las madres cristianas.


SAN AGUSTIN

El 28 de agosto recordamos a SAN AGUSTÍN DE HIPONA, quien muriera en el año 430 en Hipona, hoy Argelia, en Africa.
Es el más genial y completo de los Padres de la Iglesia y uno de los hombres más extraordinarios de la Humanidad. Nació en Tagaste, pequeña ciudad de la Numidia. Su padre, era pagano. Su madre, modelo cabal de madres cristianas, fue Santa Mónica, quien lo educó en los rudimentos de la religión y le enseñó a paladear las dulzuras del nombre de Jesús. Más tarde se llamará Agustín a sí mismo "hijo de las lágrimas de su madre".
Las principales fuentes sobre la vida y carácter de San Agustín son sus propios escritos, especialmente las Confesiones, el De Civitate Dei, la correspondencia y los sermones.

SANTA ROSA DE LIMA
30 de agosto

Patrona de Perú, América y las Filipinas. La primera mujer declarada santa de todo el continente americano.
La oración de Santa Rosa era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".


29 de AGOSTO
S. JUAN BAUTISTA: MARTIRIO


La Iglesia recuerda y celebra el martirio de San Juan Bautista, el precursor de Cristo, antesala, preludio, anunciador del Mesías que el pueblo judío estaba esperando. Los evangelios le recuerdan como un hombre austero, solitario, que finalmente entregó su vida por aquello que configuró su misión: anunciar la Verdad -que es Cristo- y todas las "verdades" por molestas que sean de escuchar. "Convertíos…"

San Juan Bautista no murió por confesar a Cristo y, sin embargo, la Iglesia, desde el principio, le considera mártir, testigo. Pues bien, hoy puede ser para nosotros una fuerte llamada a cuestionar nuestro testimonio en el mundo. ¡Tantas veces no será necesario hablar expresamente de Cristo para anunciarle!, ¡tantas ocasiones para denunciar lo que vemos desde el Evangelio, aún sabiendo que nuestra "cabeza" (en todos los sentidos) puede ponerse a disposición del capricho de cualquier Herodías, o de la sumisión e incoherencia de un Herodes cualquiera.


San Ramón Nonato
Religioso, Cardenal. Patrón de las parturientas.
31 de agosto

San Ramón nació de familia noble en Portell, cerca de Barcelona, España en el año 1200. Recibió el sobrenombre de non natus (no nacido), porque su madre murió en el parto antes de que el niño viese la luz. Con el permiso de su padre, el santo ingresó en la orden de los Mercedarios, que acababa de fundarse. San Pedro Nolasco, el fundador, recibió la profesión de Ramón en Barcelona.



20 de Agosto, la Iglesia conmemora a SAN BERNARDO DE CLARAVAL, quien muriera santamente el año 1153 en Claraval, Francia.
Este santo se le invoca contra la posesión demoníaca y el mal tiempo.

QUERIDO BERNARDO: permítenos tener hoy con vos un momento de conversación. Recordar tu vida es ver una de las aventuras más hermosas hacia Dios. Con 4 de tus hermanos y otros 30 jóvenes, todos motivados y animados por vos, entrás a los 22 años en el monasterio de Citeaux, uno de los primeros de la Orden Cisterciense. Tres años después, fundas el Monasterio de Claraval, del que sos abad. Antes de tu muerte la Orden Cisterciense contaba con 70 nuevos monasterios. Tenés relación con casi todas las grandes personalidades de tu tiempo, y no solo los Papas, Obispos y miembros de las órdenes te buscan para pedirte consejos y opiniones, sino también las autoridades y soberanos de muchos países. Tu fama de entusiasta predicador es conocida por todos. Cierto día de Pascua, predicaste ardorosamente delante de Luis VII, de modo tan convincente que el Rey y sus nobles, tomaron con avidez la cruz de tus manos. A donde llegabas te acogían con entusiasmo, pero vos permanecés en la humildad y modestia. Encarnabas la persona del monje ideal. Rechazas el obispado de Génova y Milán. Tenés un gran dolor: el fracaso de la segunda cruzada a la que dedicaste tanto esfuerzo y horas de predicación. De esto nunca logras sobreponerte. San Bernardo de Claraval, te recordaremos siempre como "el padre del sentimiento europeo, el guía y juez de tu tiempo, el genio religioso".


SAN PIO DECIMO

21 de Agosto, la Iglesia conmemora a SAN PÍO X José Melchor Sarto, nombre de familia - quien muriera santamente en el 1914 en el Vaticano. Nacido en 1835 en Riese, Treviso, Italia, fue Papa de la Iglesia. El Papa Pío XII, en 1954, le proclamó SANTO. Es patrono de la Obra Pontificia para la Infancia. En la Basílica de San Pedro en el Vaticano se conserva su cuerpo incorrupto.

Escogió el nombre de Pío inspirado en que los Papas que habían elegido ese nombre se habían enfrentado con muchas dificultades por defender la fe.

Tres eran sus más grandes características:

La pobreza: fue un Papa pobre que nunca fue servido más que por dos de sus hermanas para las que tuvo que solicitar una pensión para que no se quedaran en la miseria a la hora de la muerte de Pío X;
la humildad: Pío X siempre se sintió indigno del cargo de Papa, no permitía ningún lujo en sus habitaciones, y sus hermanas que le acompañaban no gozaban de privilegio alguno en el Vaticano;
la bondad: Nunca fue difícil tratar con Pío X pues siempre estaba de buen genio y dispuesto a mostrarse como padre bondadoso con quien necesitara de él.
Una vez que fue elegido Papa decretó que ningún gobernante podía vetar a Cardenal alguno para Sumo Pontífice.

Dentro de sus obras destaca el combate contra dos herejías de la época:

el Modernismo, que combatió en un documento llamado Pascendi estableciendo que los dogmas no se pueden cambiar;
la otra herejía que combatió fue la del Jansenismo que propagaba que la Primera Comunión se debía retrasar lo más posible; en contraposición Pío X decretó la autorización para que los niños pudieran recibir la comunión desde el momento en que entendían quien está en la Santa Hostia Consagrada.
Este decreto le valió ser llamado el Papa de la Eucaristía.

Fundó el Instituto Bíblico para perfeccionar las traducciones de la Biblia y nombró una comisión encargada de ordenar y actualizar el Derecho Canónico. Promovió el estudio del Catecismo.

Murió el 21 de agosto de 1914 después de once años de pontificado.




SAN MAXIMILIANO MARIA RAIMUNDO KOLBE

14 de Agosto, la Iglesia se viste de rojo para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN MAXIMILIANO MARIA RAIMUNDO KOLBE, en el aniversario de su martirio ocurrido en  1941 en el campo de concentración de Oswiecim (Auschwitz), Polonia. Oriundo de Polonia, fue sacerdote de la Orden Franciscana Capuchina. En 1982 el Papa Juan Pablo II le proclamó Santo, ante la presencia de Francisco Gajowniczek por quien él ofreciera su vida. Es patrono de los periodistas. 
Recordar su vida es abrir una de las páginas más dramáticas de la última guerra mundial. Su padre era un obrero pobre y él, a los 17 años, ingresa a la orden franciscana, en donde, desde el principio, demostró tener cualidades excepcionales. Luego va a Roma y estudia en la conocida Universidad Gregoriana, graduándose cuatro años después. Funda la Milicia de la Inmaculada y vuelto a su tierra, funda diversos diarios y revistas cristianas. Pero su celo misionero lo llevaba más allá de los confines de su patria Polonia. Va a Japón en donde permanece por seis años y organiza allá la prensa católica. Pero al volver a Polonia, se encuentra con la desagradable realidad que estaba ocupada por los alemanes. El estaba en abierta oposición al Nacional Socialismo por lo que llega ser una persona indeseable. Arrestado, vive al poco tiempo la increíble escena que lo llevó al martirio. Fritsch, comandante del campo de concentración, empezó un día a diezmar a los detenidos, y la suerte cayó sobre un tal Francisco Gajowniczek, polaco padre de familia quién rompió a llorar desesperadamente, contando entre lágrimas que tenía esposa y dos hijos. El, al escuchar esto, no dudó. Con gran tranquilidad dió un paso al frente, y ofreció su vida por la de Francisco. Fue aceptada su propuesta. En los días siguientes algunos cantos y oraciones se escucharon salir del calabozo en donde estaba, hasta que una inyección mortal de los nazis los calló para siempre. Un nuevo Santo había nacido para el cielo.


SANTA ELENA año 330
18 de agosto

Quien honra a su madre, es como 
quien encuentra un tesoro. (Eclesiástico)

Esta gran santa se ha hecho famosa por haber sido la madre del emperador que les concedió la libertad a los cristianos, después de tres siglos de persecución, y por haber logrado encontrar la Santa Cruz de Cristo en Jerusalén.

Nació ella en el año 270 en Bitinia (hacia el sur de Rusia, junto al Mar Negro). Era hija de un hotelero, y especialmente hermosa.

Y sucedió que llegó por esas tierras un general muy famoso del ejército romano, llamado Constancio Cloro y se enamoró de Elena y se casó con ella. De su matrimonio nació un niño llamado Constantino que se iba a hacer célebre en la historia por ser el que concedió la libertad a los cristianos.

Cuando ya llevaban un buen tiempo de matrimonio sucedió que el emperador de Roma, Maximiliano, ofreció a Constancio Cloro nombrarlo su más cercano colaborador, pero con la condición de que repudiara a su esposa Elena y se casara con la hija de Maximiliano. Constancio, con tal de obtener tan alto puesto repudió a Elena. Y así ella suvo que estar durante 14 años abandonada y echada a un lado. Pero esto mismo la llevó a practicar una vida de santidad.


Constantino amaba inmensamente a su madre Elena y la nombró Augusta o emperatriz, y mandó hacer monedas con la figura de ella, y le dio plenos poderes para que empleara el dinero del gobierno en las obras buenas que ella quisiera.

Elena, que se había convertido al cristianismo, se fue a Jerusalén, y allá, con los obreros, que su hijo, el emperador, le proporcionó, se dedicó a excavar en el sitio donde había estado el monte Calvario y allá encontró la cruz en la cual habían crucificado a Jesucristo (por eso la pintan con una cruz en la mano).

Dice San Ambrosio que Santa Elena aunque era la madre del emperador, vestía siempre con mucha sencillez y se mezclaba con la gente pobre y aprovechaba de todo el dinero que su hijo le daba para hacer limosnas entre los necesitados. Que era supremamente piadosa y pasaba muchas horas en el templo rezando.

En Tierra Santa hizo construir tres templos: uno en el Calvario, otro en el monte de los Olivos y el tercero en Belén.

Gastó su vida en hacer obras buenas por la religión y los pobres, y ahora reina en el cielo y ruega por nosotros que todavía sufrimos en la tierra.



7 de agosto

SAN CAYETANO

San Cayetano nació en Vicenza (Venecia) en el año 1480 en el seno de una familia noble, su padre era el Conde Gaspar de Thiene y su madre María di Porto, su padre fallece cuando sus hijos eran pequeños.
Estudió Teología y Derecho Civil y Canónico en la Universidad de Padua en 1504 y en 1506 se trasladó a Roma para realizar estudios sacerdotales, siendo nombrado secretario privado del Papa Julio II, quien muere en 1513 lo que decide a Cayetano abandonar el cargo y estudiar durante 3 años para ser sacerdote.
Funda en Roma una asociación de clérigos denominada Cofradía del Amor Divino y posteriormente regresa a Vicenza donde ingresa al oratorio de San Jerónimo para trabajar con las personas menos favorecidas, como los pobres y enfermos incurables del hospital. Lo mismo realizó en Venecia a la que se traslada en 1520, donde debido a que era un hombre de fortuna la cual compartía con los pobres, fue considerado fundador del hospital.
Debido al momento histórico que el pueblo cristiano estaba atravesando, como eran la corrupción en el seno de la Iglesia y la posterior aparición del protestantismo y la Reforma, Cayetano se dirige a Roma junto con el Obispo de Teato, Giampietro Caraffa, Bonifacio Colli y Pablo Consiglieri, con quienes funda una orden de clérigos regulares llamada la "Ordo Regularium Theatinorum" o Congregación de los Teatinos (el nombre de padres teatinos que se da a los miembros de esa congregación , viene de Chieti, la teate Marrucinorum de los latinos, uno de los episcopados de Giampietro Caraffa), que tenía como finalidad principal la renovación del clero, la predicación de la sana doctrina, el cuidado de los enfermos y la restauración del uso frecuente de los Sacramentos, siendo aprobada la creación de la orden por Clemente VII.
Luego de mucho esfuerzo y trabajo, Cayetano cae enfermo en el verano de 1547. Los médicos le aconsejan poner un colchón sobre su cama de tablas, el respondió: "Mi salvador murió en la cruz; dejadme pues, morir también sobre un madero".

Murió en Nápoles a la edad de 77 años, el domingo 7 de agosto de 1547.

Fue canonizado en 1671 después que la comisión encargada terminara de examinar rigurosamente los numerosos milagros.


SANTOS 23 DE JULIO

 
SANTA BRÍGIDA. Nació en Suecia el año 1303. Desde la infancia el Señor le concedió gracias especiales, con conocimiento extraordinario de las realidades divinas y visiones. Siendo aún muy joven, contrajo matrimonio y tuvo ocho hijos, entre ellos Santa Catalina de Suecia. Ingresó en la Tercera Orden de San Francisco, y, aun viviendo en el mundo, a la muerte de su marido abrazó una vida más religiosa y austera. Fundó después la Orden de San Salvador. Trabajó incansablemente para que el Papa regresara de Aviñón a Roma, donde ella pasó la última parte de su vida. Peregrinó por penitencia y escribió numerosas obras, en las que expuso sus experiencias místicas, las visiones y revelaciones que había recibido. Murió en Roma el 23 de julio de 1373. Juan Pablo II la nombró en 1999 copatrona de Europa. - Oración: Oh Dios, que guiaste a Santa Brígida por los diversos senderos de la vida y, mediante la contemplación de la Pasión de tu Hijo, le enseñaste de un modo admirable la sabiduría de la Cruz, concédenos que, siguiendo fielmente tu llamada, sepamos buscarte de todo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. -Oración: Señor, Dios nuestro, que has manifestado a santa Brígida secretos celestiales mientras meditaba la pasión de tu Hijo, concédenos a nosotros, tus siervos, gozarnos siempre en la manifestación de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

BEATAS CATALINA CALDÉS Y MICAELA RULLÁN. Entre los 498 mártires de la persecución religiosa en España durante la década de 1930, beatificados por Benedicto XVI en 2007, se encuentran estas dos Franciscanas Hijas de la Misericordia. Eran mallorquinas, Catalina nacida en Sa Pobla en 1899 y Micaela nacida en Petra en 1903. De pequeñas frecuentaron las escuelas de las Franciscanas y en su juventud vistieron su hábito. Cuando estalló la guerra civil española, las dos formaban parte de la pequeña comunidad que la Congregación tenía en la barriada obrera del Coll, en la periferia de Barcelona, y se dedicaban a atender a los enfermos a domicilio y a cuidar a los hijos de los obreros. El 20 de julio de 1936 fueron detenidas por milicianos anarquistas y conducidas a la sede del comité de la FAI, donde las tuvieron encerradas tres días, fueron torturadas y recibieron un trato cruel, vejatorio, denigrante. El día 23 las llevaron a la montaña y las fusilaron; Micaela murió en el acto; Catalina sobrevivió, pero la remataron poco después.

BEATO CRISTINO GONDEK. Es uno de los 108 Mártires de la II Guerra Mundial (1940-43) beatificados por Juan Pablo II en 1999. Nació en Slona (Polonia) el año 1909 en el seno de una humilde familia de campesinos. En 1928 vistió el hábito franciscano en la provincia de Santa María de los Ángeles (Cracovia). Fue ordenado de sacerdote en 1936 y luego se dedicó al ejercicio del ministerio sacerdotal y parroquial. El 26 de agosto de 1940 fue arrestado por la Gestapo en Wloclaweck y luego llevado sucesivamente a los campos de concentración de Sachsenhausen y de Dachau (Alemania), donde murió el 23 de julio de 1942, totalmente agotado por las condiciones inhumanas del campo. Se preparó muy conscientemente para la muerte que veía llegar.




SANTOS 16 de julio

CANONIZACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS. San Francisco murió al atardecer del 3 de octubre de 1226. Su fama de santidad era notoria en toda la Iglesia y los milagros se fueron multiplicando. Cumplidos todos los requisitos canónicos previos, el papa Gregorio IX decretó la canonización. Para llevarla a cabo se trasladó personalmente a la ciudad de Asís y el domingo 16 de julio de 1228, en medio de unos solemnísimos actos, inscribió a Francisco en el catálogo de los santos. -Oración: Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre san Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

SANTA MARÍA MAGDALENA POSTEL. Nació en Barfleur (Normandía, Francia) el año 1756. Desde joven se dedicó a la atención de los pobres y a la educación de la niñez y de la juventud, para lo que fundó una escuela. Durante la Revolución Francesa, escondió en su casa a sacerdotes perseguidos y los ayudó a huir a Inglaterra, atendió a los enfermos y a los fieles supliendo la falta de sacerdotes, guardó objetos del culto y, con la debida autorización, conservaba el Santísimo y daba la comunión. En 1798 se hizo terciaria franciscana. Pasada la Revolución, volvió a sus obras de caridad y a la docencia. En 1807, con algunas compañeras, desde la más completa pobreza fundó y gobernó la Congregación de Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia para la formación integral de las muchachas pobres. En 1832 puso la casa madre en Saint-Sauveur-le-Vicomte (Normandía), en una antigua abadía benedictina restaurada, donde murió el 16 de julio de 1846.

SANTA TERESA Zhang Hezhi. Era una cristiana china de nacimiento, que había estado casada y había quedado viuda con varios hijos. Se escondió antes que llegaran los bóxers a su pueblo Zhangjiaji, provincia de Hebei (China), pero la localizaron y detuvieron. No consiguieron que apostatara de su fe, ni aun con torturas. La llevaron a la pagoda y rehusó adorar a los ídolos. Entonces la sacrificaron junto con un hijo y una hija suyos. Era el 16 de julio de 1900.



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SAN JUAN BAUTISTA, FIESTA DE SU NACIMIENTO

Ayer, 24 de Junio, la Iglesia con gran gozo celebró el nacimiento de SAN JUAN BAUTISTA, que tuviera lugar seis meses antes del nacimiento de Jesucristo en la localidad de Ain Karin, en las montañas de Judea, cerca de Jerusalén. Él fue el hombre enviado por Dios, para preparar los caminos del Señor. Jesús dijo: "Entre los nacidos de mujer, no hay uno más grande que Juan Bautista". La tradición patrística afirma que fue liberado del pecado original y santificado en el vientre materno, por esto la Iglesia siempre ha celebrado el día de su nacimiento. Es patrono de infinidad de ciudades y muy venerado en el mundo entero. 


Virgen en Medjugorje
25 de junio

En Medjugorje, Bosnia, más de quince años seis testigos fidedignos perseverantemente dan fe bajo juramento, que desde el 24 de junio de 1981, la Bienaventurada Virgen María, o la "Gospa", como aquí se la conoce afectuosamente, se les aparece casi cada día hasta el de hoy.
La Virgen nunca se ha aparecido en el mismo lugar, ni incluso al mismo grupo, o a una sola persona, ni tampoco sus apariciones duran un tiempo específico. A veces dos minutos, a veces una hora. Tampoco se aparecía cuando los niños lo deseaban. En alguna ocasión, rezaban y esperaban, pero la Virgen no aparecía hasta un momento después, inesperadamente y sin advertencia. También a veces se aparecía a uno y no a los demás. Si no hubiera prometido una hora señalada, nadie hubiera conocido cuándo se querría aparecer o si lo querría hacer. Incluso tampoco se ha aparecido siempre a un tipo especial de vidente, sino a varios de diferentes edades, estaturas, razas, educación, y formas de vida. Esto puede sugerir que las apariciones no son producto de la imaginación. No dependen ni del momento ni del lugar, ni del deseo ni de la oración de los peregrinos o de los videntes, sino más bien de la voluntad de Aquel quien lo permite.
La primera vez los niños vieron una increíblemente bella mujer joven, con un niño pequeño en brazos. No les dijo nada, pero les indicaba con gestos que podían acercarse. Sorprendidos y asustados, tuvieron miedo de acercarse, aunque pensaron inmediatamente que era la Virgen.

El 27 de junio de 1981, la Virgen se apareció tres veces a los niños. Esta vez, los niños le preguntaron todo tipo de cuestiones, y la Virgen les respondió. Para los sacerdotes, dió el siguiente mensaje: "Han de creer firmemente, y han de cuidar la fe del pueblo"

El 29 de junio de 1981, los niños fueron llevados a Mostar para un reconocimiento médico, tras el que se les diagnosticó como "sanos". El informe del médico jefe de servicio fue: " No están locos los niños, sino la persona que los ha traído aquí."

La multitud ese día, en la colina de las apariciones, fue mayor que nunca. Tan pronto como los niños llegaron al lugar de siempre y empezaron a rezar, la Virgen se apareció. En esta ocasión, la bienaventurada Madre de Dios les exhortó a tener fe, diciéndoles: "La gente debe creer firmemente y no tener miedo".

Para sintetizar, podemos decir que los mensajes de la Virgen subrayan que la paz es el mayor de los bienes, y que la fe, la conversión, la oración y el ayuno son los únicos medios para poder alcanzarla.


SANTOS PEDRO y PABLO

El 29 de junio, la Iglesia conmemora a los SANTOS PEDRO y PABLO, quienes sufrieron el martirio en tiempos del Imperio Romano. San Pedro fue martirizado hacia el año 64, en la colina Vaticana, situada a las afueras de Roma. Oriundo de Betsaida de Galilea, hacia el tiempo del nacimiento de Cristo, fue llamado por Jesús para ser su apóstol y fue nombrado por él mismo, primer Papa de la Iglesia. Fue el obispo de Roma por 25 años, hasta que murió víctima del emperador Nerón. San Pablo, sufrió el martirio en el año 67, en un lugar denominado Las Tres Fuentes, en Roma, y fue sepultado en la vía Ostiense. Nació en la ciudad de Tarso, región de Cilicia, costa sur del Asia Menor, hoy Turquía, quizás unos diez años después del nacimiento de Jesucristo. Fue judío, perseguidor de la Iglesia, y luego convertido en el Apóstol de los gentiles. Su primer nombre era Saulo. Dos de las más grandes basílicas de la cristiandad recuerdan y consagran a estas dos columnas de la Iglesia. La de San Pedro, edificada sobre su sepulcro en el Vaticano, y la de San Pablo, edificada sobre su tumba en la vía Ostiense. San Pedro es patrono de los Papas y de los pescadores; San Pablo, de la prensa católica y de los que se dedican a la pastoral. Unidos pues a los católicos del mundo entero y de manera particular al Santo Padre que el 29 celebra su día.


SANTA MARÍA EN SÁBADO

"...Durante la oración en el Cenáculo, en actitud de profunda comunión con los Apóstoles y con algunas mujeres, la Madre del Señor invoca el don del Espíritu para Sí misma y para la comunidad. 
Era oportuno que la primera efusión del Espíritu sobre Ella, que tuvo lugar con miras a su maternidad divina, fuera renovada y reforzada. En efecto, al pie de la Cruz, María fue revestida con una nueva maternidad, con respecto a los discípulos de Jesús. Precisamente esta misión exigía un renovado don del Espíritu. Por consiguiente, la Virgen lo deseaba con vistas a la fecundidad de su maternidad espiritual. 
Mientras en el momento de la Encarnación el Espíritu Santo había descendido sobre Ella, como persona llamada a participar dignamente en el gran misterio, ahora todo se realiza en función de la Iglesia, de la que María está llamada a ser ejemplo, modelo y madre. 
En la Iglesia y para la Iglesia, Ella, recordando la promesa de Jesús, espera Pentecostés e implora para todos abundantes dones, según la personalidad y la misión de cada uno. 
En la comunidad cristiana la oración de María reviste un significado peculiar: favorece la venida del Espíritu, solicitando su acción en el corazón de los discípulos y en el mundo. De la misma manera que, en la Encarnación, el Espíritu había formado en su seno virginal el cuerpo físico de Cristo, así ahora, en el cenáculo, el mismo Espíritu viene para animar su Cuerpo místico. 
Por tanto, Pentecostés es fruto también de la incesante oración de la Virgen, que el Paráclito acoge con favor singular, porque es expresión del amor materno de Ella hacia los discípulos del Señor.
Contemplando la poderosa intercesión de María que espera al Espíritu Santo, los cristianos de todos los tiempos, en su largo y arduo camino hacia la salvación, recurren a menudo a su intercesión para recibir con mayor abundancia los dones del Paráclito. 
Respondiendo a las plegarias de la Virgen y de la comunidad reunida en el Cenáculo el día de Pentecostés, el Espíritu Santo colma a María y a los presentes con la plenitud de sus dones, obrando en ellos una profunda transformación con vistas a la difusión de la buena nueva. A la Madre de Cristo y a los discípulos se les concede una nueva fuerza y un nuevo dinamismo apostólico para el crecimiento de la Iglesia. En particular, la efusión del Espíritu lleva a María a ejercer su maternidad espiritual de modo singular, mediante su presencia, su caridad y su testimonio de fe. 
En la Iglesia que nace, Ella entrega a los discípulos, como tesoro inestimable, sus recuerdos sobre la Encarnación, sobre la infancia, sobre la vida oculta y sobre la misión de su Hijo divino, contribuyendo a darlo a conocer y a fortalecer la fe de los creyentes..."
(Juan Pablo II Audiencia General . 28 de mayo de 1997) 

PRIMEROS MARTIRES ROMANOS

30 de junio, la Iglesia conmemora a los PRIMEROS MRTIRES DE LA IGLESIA ROMANA, que sufrieran el martirio en el año 64, en la colina vaticana de Roma. Oriundos de diversas partes del Imperio Romano, estos cristianos fueron los primeros frutos de la predicación del Evangelio. El martirologio Jeronimiano indica que fueron 979. Sus reliquias se conservarían en la Iglesia de Santa María de la Piedad del cementerio Teutónico, en la Ciudad del Vaticano. 



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Santa Juliana de Falconieri

18 de Junio

Fundadora de las religiosas terciarias servitas
(1270-1341)
Sobrina de San Alejo Falconieri, tuvo la dicha de ser dirigida espiritualmente por San Felipe Benicio. Nació en Florencia en el año 1270, y provenía de una noble y rica familia. De niña acostumbraba pasar largos ratos rezando en el templo donde fue descubriendo su verdadera vocación, y a los 15 años decidió ingresar a la orden Terciaria de los Siervos de María.

Santa Juliana permaneció en la casa de su madre, pero observando una conducta tan religiosa y tan santa como la de una fervorosa religiosa. Otras jovencitas, que también sentían un llamado especial a vida religiosa, les agradó este modo de practicar la vida consagrada y siguieron su ejemplo, llevando todas como distintivo un manto sobre la cabeza. Como el número de muchachas creció muy rápido, se formó la asociación de “Siervas de la Virgen María”, de la cual, Santa Juliana fue la superiora durante 35 años.

La santa se caracterizó por su bondad, caridad, amabilidad y sobre todo por buscar el bien d todas las almas; pasaba largas horas en constante oración y sus ayunos casi diarios los ofrecía como penitencia para la conversión de las almas pecadoras.

Falleció a la edad de 71 años, de una severa infección estomacal. En su sepulcro se obraron numerosos milagros.


Santos Ciriaco y Paula


Ciriaco y Paula fueron dos santos y mártires cristianos hispanorromanos, muertos en Málaga el 18 de junio de 303.
Eran jóvenes pertenecientes a la floreciente comunidad cristiana existente en la ciudad y presidida por el Obispo San Patricio. Apresados en el contexto de la décima persecución del emperador Diocleciano y Maximiano, fueron sometidos a dolorosos tormentos con el propósito de que renunciaran a su fe y adorasen a las divinidades paganas. Como no consiguieron tal propósito, fueron condenados a muerte y lapidados, atados a sendos árboles, en el margen del río Guadalmedina, en el lugar que aún hoy conocemos como Paseo de Martiricos (junto al estadio La Rosaleda). Ocurrida la muerte, cayó un fuerte aguacero que impidió que sus cuerpos fuesen quemados, y sus hermanos cristianos los recogieron y procedieron a su sepultura. Desde entonces y hasta el siglo XI fueron venerados en la ciudad y en toda la Bética.
Los Reyes Católicos consagraron a los Santos Mártires Ciriaco y Paula una de las cuatro parroquias fundacionales tras la toma de Málaga en la Guerra de Granada (1487), designaron a los Santos Mártires Ciriaco y Paula Patronos de la ciudad de Málaga en 1490, e incluyeron a los Santos Patronos en el Escudo de Armas en 1494.



SANTA FLORENTINA
20 de junio

Patrona de la ciudad y del Partido de Campana

El sentido místico que el maestro Raúl Soldi dio a Santa florentina pintándola elevándose hacia el cielo, coincide con la frase al pie del mural: Florece como el lirio.

Su hagiografía, nos dice que Santa Florentina, patrona de Campana, nació en el siglo VI en los albores del cristianismo hispánico, en la bella Cartagena (hoy provincia de Murcia), capital de la colonia romana, donde según la tradición llegó la Fe Cristiana a la península con el predicamento del Apóstol Santiago. Sus padres, el Duque Severiano y su esposa Túrtura tuvieron más hijos: Fulgencio, Leandro, Isidoro y Teodocia (esposa de Leovigildo y madre de Recaredo y San Hermenegildo).

Perseguida por los arrianos la familia llegó a Sevilla, Florentina cuidó allí con empeño a sus hermanos, quienes con el tiempo llegaron a ser grandes prelados: Fulgencio, obispo de Ecija y luego de Cartagena, Leandro, obispo de Sevilla al que le sucede como arzobispo su hermano Isidoro, preclaro pastor sevillano y Doctor de la Iglesia. Cumplida esta misión, Florentina pide a Leandro que escriba las normas para su Beaterio que bajo la advocación de Nuestra Señora del Valle erige en Ecija (antigua población cercana a Sevilla) a la sombra pastoral de Fulgencio, donde llega a congregar “unas cuatrocientas mujeres”, que ella atiende maternal y caritativamente hasta su muerte.

Fue sepultada en el convento que, años después, durante la invasión árabe fuera destruido. Sus restos, junto a los de San Fulgencio, fueron recatados y llevados al norte. Luego de la reconquista fueron encontrados en la Provincia de Cáceres, en un pueblo llamado Berzocanas, próximo al Santuario de Guadalupe, y a la ciudad de Trujillo.

En el siglo XIV, las Hermanas Dominicas se hicieron cargo del convento que reedificaron, dedicándolo a Santa Florentina. Las reliquias de la santa fueron distribuidas en las Catedrales de Murcia, Cartagena, Plasencia y en el Monasterio del Escorial.

En el año 1976, gracias a las gestiones del Padre Ferrante, se obtuvo de la rótula de la santa que se halla en el convento de Ecija, un fragmento que se conserva en un precioso relicario en la Catedral.

En el año 60 al determinarse la verdadera identidad de Santa Florentina, se conoció que en el santoral español la celebración de la Santa era el día 20 de junio, fecha que coincidía con el día de la bandera. El párroco presbítero Luis Roza, como en ese entonces comenzaba a celebrarse el día de Campana el 6 de julio, fecha de la Creación del partido, creyó oportuno unir ambas fechas, la civil y la religiosa en una sola y con la colaboración del obispo Monseñor Antonio Aguirre, se obtuvo del Papa Juan XXIII, el rescrito que se conserva en la parroquia y por el cual se accede que la celebración se traslade en Campana y definitivamente a dicho día.


María Consolata
20 de junio

Día de Nuestra Señora de la Consolata. Desde aquel día, el 20 de junio se celebra el día de la Virgen Consolata. Poco a poco el pueblo turinés le construyó a su Patrona un santuario maravilloso, lleno de devoción y de arte que a lo largo de siglos reunió a sus hijos para encontrar consuelo y fuerza en los momentos de mayor dolor. El P. José Allamano, rector del santuario de la Consolata en Turín.

Como nace la devoción

La devoción a Nuestra Señora de la Consolata nació en Turín (Italia) en los primeros siglos del cristianismo. Cuenta la tradición que fue San Eusebio desterrado a Palestina por el emperador Constancio, en el año 354 quien al regresar, le trajo a su amigo San Máximo, una imagen de la Virgen María que -según se decía- había pintado San Lucas. Máximo colocó el cuadro en una capilla, al lado de una iglesia dedicada a San Andrés, y así, el pueblo de Turín comenzó a venerar a la Virgen María bajo el título de Consoladora que, en la expresión popular devino en Consolata.






EL SAGRADO CORAZON
DE JESÚS Y EL PURISIMO
CORAZON DE MARIA

La Santísima Virgen María, Madre de Dios y de los
hombres, por lo tanto Madre de la Iglesia ocupa con
su dulce y tierno Corazón , un primerísimo lugar en la
devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
La "Consagración al Purísimo Corazón de María que
acompaña a la "Pequeña Consagración" y las "Letanías
Lauretanas" nos inducen a tratar de imitar sus virtudes,
pedir su protección, su humildad, y por sobre todo su amor
a Jesús. Ella se llama " La Servidora del Señor" y así lo
recordamos tres veces al día en el Angelus . Todo nuestro
amor y nuestro deseo de que nos proteja se hallan escritos en :
CONSAGRACIÓN AL PURISIMO CORAZON DE MARIA:.
"Oh Corazón de María, estrecha e inseparablemente unido con el Corazón de Jesús; mi deseo es, que después de vuestro Hijo, ocupéis el primer lugar en mi corazón, que desde ahora os ofrezco y os consagro.
Vos seréis siempre el objeto de mi veneración, de mi amor y de mi confianza. Procuraré conformar mis sentimientos y afectos con los vuestros, y el estudio continuo de mi vida será imitar vuestras virtudes.
¡Oh, Madre bendita!, dignaos abrirme vuestro Corazón y recibirme en él junto con vuestros verdaderos hijos y vuestros fieles siervos. Alcanzadme la gracia que necesito para imitar vuestro admirable Corazón, así como El ha imitado el de Jesús; amparadme en los peligros, consoladme en las aflicciones; enseñadme a sacar el provecho debido de los bienes y de los males de esta vida; protegedme siempre y sobre todo en la hora de mi muerte.
¡ Oh, divinos Corazones de Jesús y de María!, a cuyo servicio me consagro, haced que ahora y siempre sea vuestro verdadero hijo. Amén."
Entre las Letanías Lauretanas llamamos a la Santísima Virgen:
Santa Madre de Dios, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia, Madre de la Divina Gracia, Madre Purísima, Madre Castísima, Madre y Virgen, Madre sin Mancha, Madre Inmaculada, Madre Amable, Madre Admirable, Madre del Buen Consejo, Madre del Creador, Madre del Salvador, etc.
ORACIÓN: Suplicámoste, Señor Dios, que nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y de cuerpo y por la intercesión gloriosa de la bienaventurada Virgen María, librarnos de la tristeza presente y gozar de la eterna alegría. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Nuestra Madre la Virgen de Fátima , en su segunda aparición nos revela: "Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón; a quién la abrace le prometo la salvación y serán amadas de Dios estas almas, como flores puestas por Mí para adornar su trono". (13 de junio de 1917).
Entre los Santos precursores de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús podemos nombrar a San Bernardo, San Agustín, San Francisco de Asís, San Francisco de Sales, Santa Matilde, Santa Gertrudis, Santa Lutgarda, Santa Margarita de Cortona, Santa Angela de Foligno, San Buenaventura, San Pedro Canisio, San Juan Eudes, el Santo Claudio de la Colombiere y muchos otros.
San Juan Eudes en el año 1670 introdujo la primera fiesta pública en su honor, pero es a partir de Santa Margarita María de Alacoque que la Iglesia impulsa definitivamente el culto a su Divino Corazón . Ella sólo pudo vivir el comienzo de la devoción en las diócesis locales ya que fallece en 1690 sin saber que pronto estarían plenamente satisfechos los pedidos que por su intermedio había hecho el Sagrado Corazón.
Podemos afirmar sin temor a exagerar que todos los santos posteriores a Santa Margarita María han sido adoradores de esta devoción.
La historia del Sagrado Corazón está formada por personas, familias, laicos, religiosos y congregaciones religiosas, sociedades y naciones que se consagran a su Divino Corazón.
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LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN

El Sagrado Corazón de JesúsLa devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo. La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios. Pero fue Jesús mismo quien, en el siglo diecisiete, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón.
El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz.  Santa Margarita  escuchó a Nuestro Señor decir: "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor." Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía.
  



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SAN BERNABÉ
Apóstol
11 DE JUNIO
No es mucho lo que sabemos de Bernabé como le llamaron los Apóstoles, aunque su nombre era José. Parece ser que era uno de los judíos de la diáspora y que había nacido en Chipre. Su juventud es fácil que la pasara o en Chipre o en Jerusalén. Parece ser que era tío de Juan Marcos.

"Como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una gran multitud se adhirió al Señor", se dice en los Hechos de los Apóstoles. Según esto, a Bernabé podemos considerarlo como el Patrono de las virtudes humanas, virtudes que también vienen de Dios. Además, sin las virtudes humanas, las sobrenaturales no tienen donde apoyarse. "Las virtudes sobrenaturales apestan como el pescado podrido, si no se injertan en el tronco de las virtudes humanas".

Así dice la Escritura: "como era un hombre de bien". Pero al liturgo que compuso la Misa le faltó sensibilidad, y en la oración colecta omitió este inciso. Era también generoso Bernabé: "Vendí el campo que tenía, y llevó el precio, y lo puso a los pies de los Apóstoles", como recogen los Hechos.

Bernabé no pertenece propiamente al número de los Doce elegidos por Jesús para formar su primera y más íntima Comunidad, pero sí parece que formó parte de los Setenta y dos discípulos elegidos por el Señor para llevar su Mensaje por todas partes. Más aún, el apóstol Pablo siempre llama a Bernabé "apóstol", porque parece estuvo más asociado al Colegio Apostólico que el resto de los Discípulos. La liturgia le conserva este honroso título de "apóstol".

Su mismo nombre que en arameo significa "hijo de la consolación" refleja la misión que le estaba encomendada a Bernabé. Marchará en primer lugar a Autoquía donde al ver que es tanta la mies y tan pocos los operarios llamará a Pablo para que le ayude en el apostolado. De Antioquía pasa a Chipre donde predica con ardiente celo el Mensaje de Jesucristo. Acompaña a Pablo en su primer viaje. Por todas partes va dando testimonio de su celo por la gloria de Dios. A todos quiere convertir a la verdadera fe.





SAN ANTONIO de PADUA
Presbítero y Doctor
(1195-1231)
13 de Junio

"El Santo de todo el mundo" le llamó el Papa León XIII. Y no exageraba, ya que San Antonio es sin duda alguna, el Santo más popular de la Iglesia. Pero, sobre todo, es venerado por la gente humilde que sabe descubrir en él la ayuda y el ejemplo en las cosas ordinarias y sencillas.

Bien podía el Papa Pío XII, en 1946, en declararle Doctor de la Iglesia, felicitar a Portugal por haber regalado al mundo esta magnífica flor y a Padua por haberlo recibido en su tierra donde realizó toda clase de prodigios. Pero ¿por qué es famoso San Antonio? El mismo Pío XII lo declaraba al afirmar que esta fama le venía, "por la santidad de su vida, por la insigne fama de sus milagros y por el esplendor de su doctrina... Por todo ello iluminó y sigue ahora iluminando a todo el universo...".

Hablaba a los hombres, a los pájaros y a los peces. Estos le obedecían y cantaban las glorias del Creador. Mereció ser canonizado al año de su muerte y es conocido como "El Doctor evangélico". "El Santo de los milagros". "El Arca del Testamento". "El Santo de todo el mundo".

El 13 de junio de 1231, con las palabras "Ya veo a Dios", volaba a la eternidad.



SANTA GERMANA COUSIN
Virgen
(1579-1601)
15 DE JUNIO

Germaine Cousin, cenicienta del santoral, nació en el pueblecillo de Pibrac, muy cerca de Toulouse, y era hija de un labriego acomodado. Su madre murió a los pocos años de nacer ella, y la esposa de su hermano mayor, convertida en ama de casa, arrinconó despectivamente a aquella criatura enferma e inútil.

Era escrofulosa y de complexión débil, y tenia impedida la mano derecha, desde los nueve años se la mandó a guardar el rebaño de la familia, comía separada de los demás para evitar contagios, y dormía también aparte en un hueco de la escalera junto a los establos.
El cura de Pibrac le confió labores de catequista en las que puso la misma dulzura y paciencia con que soportaba los malos tratos, las burlas y los sufrimientos, que ofrecía como reparación de los sacrilegios cometidos por los protestantes. Cuando murió, hacia los veintidós años, se produjeron numerosos milagros y su sepulcro pasó a ser un centro de peregrinaciones populares en el Languedoc.

Es patrona de las pastoras y fue canonizada en 1867.



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Poesía de San Efrén



Himno XII sobre el Paraíso (dos estrofas) 

Colocó dos árboles 
en el Paraíso,
El árbol de la Vida
Y el árbol de la Ciencia,
Esa pareja de fuentes
Bendecidas con todos los bienes
Mediante esos dos Gloriosos
El hombre puede llegar a ser
Semejanza de Dios
En vida inmortal
En ciencia infalible.
La ciencia de lo visible
Que le había dado y que le permite
Dar solo el nombre a Eva y a
(todas) las bestias,
Dios no se sirvió de ésta
para revelarle los misterios


Himno sobre la fe (3 estrofas)

El hombre es demasiado pequeño para comprender todos los lenguajes;
Si pudiese comprender de los Vigilantes 29
Entonces podría elevarse a la inteligencia del silencio
Que hablan el Padre y el Hijo.
Nuestro lenguaje es extraño a la voz de los animales,
El lenguaje de los ángeles a todo lenguaje 30.
El silencio en el cual el Padre habla a su Hijo
Es extraño aun a los Vigilantes.
¡Oh! ¡Qué Bondad! Como asume todas las formas para que pudiésemos ver.
Así, asume todas las voces para enseñarnos.
Su naturaleza es una, puede ser vista;
Su silencio es uno, puede ser escuchado 31.




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3 de junio,  Santa Clotilde,
 Reina.

SANTA CLOTILDE (475-545) nació en Lyon, Francia, en una época en que la antigua Galia romana se había fragmentado en numerosos reinos y señoríos, casi todos paganos o arrianos.
Santa Clotilde nació princesa de Borgoña. El clima de la nobleza en esa época era de guerras, matanzas y traiciones entre familiares y parientes, y su caso no fue la excepción. Su padre, el rey Chilperico II, fue asesinado por su hermano Gundebaldo para arrebatarle el poder.
Su tío la mantuvo en cautiverio, pero Clotilde fue rescatada y desposada por Clodoveo, rey de los merovingios. Ella aceptó a pesar de que él era pagano, con la condición de que su religión le fuera respetada, y con la esperanza de convertir algún día a su esposo al cristianismo, como en efecto ocurrió.
En la batalla de Tolviac contra los alemanes, al verse en desventaja Clodoveo invoca al Dios de su esposa, y súbitamente las condiciones cambian a su favor, concediéndosele una aplastante victoria.
Durante las festividades de la Navidad del año 498, Clodoveo fue bautizado en Reims por el obispo San Remigio junto con tres mil caballeros francos.
Fue el primero de los reyes germanos en convertirse al cristianismo católico, lo cual sentó un importante precedente para la posterior evangelización de Europa. Por esta razón Francia tiene el privilegio de ser llamada “Hija Primogénita de la Iglesia”.
Tras la muerte de su esposo en 511, Santa Clotilde pasó los siguientes 34 años de su vida viajando por el país para fundar iglesias y monasterios, pero también haciendo lo posible para que sus hijos Clotario y Chidelberto no se aniquilaran entre sí.
Buscando impedir la guerra entre sus hijos, la reina santa se refugia en oraciones a San Martín de Tours, ciudad en donde fallece.

Por la gran generosidad que la caracterizó y las obras de caridad que llevó a cabo, muy pronto se le consideró en santidad. Santa Clotilde es la santa patrona de los niños problemáticos y y de los niños adoptados
SANTA CLOTILDE nos ofrece un modelo ejemplar de generosidad y resignación.

SAN FRANCISCO CARACCIOLO
El 04 de junio, la Iglesia se viste de alegría para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN FRANCISCO CARACCIOLO (Ascanio, nombre de familia) quien descansara en el Señor en un día 4 DE JUNIO del año 1608 en Agnone del Abruzzo, Italia. Oriundo en 1563 de Villa Santa Maria del Abruzzo, fue fundador de los "Clérigos Regulares Menores" conocidos también como los Carachiolinos, para la atención de los presos en las cárceles y de los condenados a muerte. En 1807 el Papa Pío VII le inscribió en el catálogo de los SANTOS. Sus restos se veneran en la Iglesia de Montevirginela, en Nápoles y ha sido declarado patrono de esta ciudad.
Unidos pues a la Iglesia de Nápoles y a la comunidad de los Carachiolinos, brindemos nuestro cálido aplauso a San Francisco de Caracciolo.

Beata MARÍA TERESA DE SOUBIRAN 
El 07 de Junio, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de la BEATA MARÍA TERESA DE SOUBIRAN, en el aniversario de su santa muerte ocurrida un día 7 de junio del año 1889 en Paris, Francia. Nacida en 1834 en Castelnaudary, Francia, fue fundadora de la "Congregación de Maria Auxiliadora". En 1946 el Papa Pío XII le dio el honor de los altares proclamándola Beata.
Unidos pues a la Iglesia de Francia y a cuantos en medio de calumnias caminan hacia la santidad, brindemos nuestro afectuoso aplauso a la Beata María Teresa de Soubiran.
Beata MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN 
El 08 de junio, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de la BEATA MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN (María Droste, nombre de familia) ocurrido en un día 8 de junio del año 1899 en Oporto, PORTUGAL a la edad de 35 años. Nacida en 1863 en Mnster, Alemania, fue condesa y luego religiosa de la Congregación de las hermanas del Buen Pastor. En 1975 el Papa Pablo VI la proclamó Beata. Sus restos reposan en la ciudad de Paranho, en Portugal.
Unidos pues a las iglesias de Alemania y Portugal, brindemos nuestro sincero aplauso a la Beata María del Divino Corazón.

SAN EFRÉN

La Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de SAN EFRÉN, quien descansara en el Señor en un día 9 de junio del año 373 en Edessa, hoy Urfa, en Turquía. Nacido en el año 306 en Nisibi, hoy Nizip en Turquía, fue diácono, llegando a ser célebre maestro de teología y consejero de obispos. En 1920 el Papa Benedicto XV le proclamó Doctor de la Iglesia. Es considerado uno de los más grandes poetas de la Iglesia Siria, recibiendo el apelativo de "Cítara del Espíritu Santo".




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Santa María, Madre de la Iglesia
28 de mayo


Día siguiente de Pentecostés

Después de la Ascensión de Jesús a los cielos, el libro de los Apóstoles cuenta que éstos se reunían en el Cenáculo con María e imploraban el don del Espíritu Santo. Por eso esta fiesta está puesta al día siguiente de Pentecostés, y a que desde la antigüedad los cristianos consideraron a María como Madre de la Iglesia.

“Y el nombre de la Virgen era María”, nos dirá el Evangelio. En la Sagrada Escritura y en la liturgia el nombre tiene un sentido más profundo que el usual en el lenguaje de nuestros días. Es la expresión de la personalidad del que lo lleva, de la misión que Dios le encomienda al nacer, la razón de ser de su vida.

El nombre de la Madre de Dios no fue escogido al azar. Todos los siglos han invocado el nombre de María con el mayor respeto, confianza y amor... Si los nombres de personajes bíblicos juegan un papel tan importante en el drama de nuestra redención y están llenos de sentido, ¡cuánto más el de María!... la Madre del Salvador, tenía que ser el más simbólico y representativo de su tarea en el mundo y en la eternidad. El más dulce y suave, y, al mismo tiempo, el más bello de cuantos nombres se han pronunciado en la tierra después del de Jesús.

María es Madre de la Iglesia porque, al ser Madre de Cristo, es también madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia, que forman con Cristo un solo Cuerpo Místico.

La Iglesia tributa a la Virgen un culto singular que empezó pronto en la Iglesia y que durará siempre, según las palabras proféticas de María: "Me llamarán bienaventurada todas las generaciones". Ese amor que los fieles tributan a María como Madre, procurando amarla como la ama el Señor Jesús, es lo que conocemos como Piedad Filial.

«Dios te salve, María...» Es tu santo, el de todos tus hijos. Recibe nuestra felicitación emocionada, llena de confianza en el poder de tu nombre santísimo. Unámonos a la Iglesia y con ella alegrémonos venerando el nombre de María para merecer llegar a las eternas alegrías del cielo.

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Nuestra Señora de la Visitación

El 31 de Mayo, la Iglesia Universal se viste de fiesta para conmemorar la Visita que hizo Maria, la Madre de Dios, a su prima Santa Isabel, la madre del precursor, que tuvo lugar durante el sexto mes de embarazo de Jesús, en la ciudad de Ein Karim, en las montañas de Judea en Palestina.

En el relato de la Visitación, san Lucas muestra cómo la gracia de la Encarnación, después de haber inundado a María, lleva salvación y alegría a la casa de Isabel. El Salvador de los hombres, oculto en el seno de su Madre, derrama el Espíritu Santo, manifestándose ya desde el comienzo de su venida al mundo.

La dirección del viaje de la Virgen santísima es particularmente significativa: será de Galilea a Judea, como el camino misionero de Jesús (cf. Lc 9,51).

En efecto, con su visita a Isabel, María realiza el preludio de la misión de Jesús y, colaborando ya desde el comienzo de su maternidad en la obra redentora del Hijo, se transforma en el modelo de quienes en la Iglesia se ponen en camino para llevar la luz y la alegría de Cristo a los hombres de todos los lugares y de todos los tiempos.
   
En la Visitación, la Virgen lleva a la madre del Bautista el Cristo, que derrama el Espíritu Santo. Las mismas palabras de Isabel expresan bien este papel de mediadora: "Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno" (Lc 1,44). La intervención de María, junto con el don del Espíritu Santo, produce como un preludio de Pentecostés, confirmando una cooperación que, habiendo empezado con la Encarnación, está destinada a manifestarse en toda la obra de la salvación divina.

Maria, estar contigo en la casa de Isabel, es poder sentir los latidos de tu corazón misionero que te impulso a viajar para hacer una obra de misericordia llevando a Jesús. Este es un anticipo de la diaconía en la Iglesia. Desde joven habías meditado la palabra de Dios, y practicado tu misión de auxiliadora. Hoy tu corazón estalló en ambas dimensiones glorificando a Dios desde tu pequeñez y brindando tu caridad a Isabel. María, nunca olvidaremos que hoy Jesús, desde tu vientre, hizo el primer santo: a su primo Juan en el seno de Isabel que saltó de alegría.

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Santa Rita de Cascia
22 de mayo

 


Santa Rita es por excelencia la patrona de los imposibles y es una de
las santas con más devoción del santoral. Es modelo en todas las
situaciones de la vida: como joven por sus ideales, como esposa y
madre, como viuda y, finalmente, como religiosa en el Convento de las
Agustinas de Cascia.

Fue hija única y concebida cuando sus padres eran ya ancianos. Desde
muy joven sintió un aprecio muy especial hacia el Evangelio y a la
naturaleza. Subía a la montaña y desde allí contemplaba la belleza del
campo, los árboles, los pájaros, las flores ... pasando horas y horas
orando. En su casa tenía un pequeño oratorio donde encontraba su paz
interior mediante la plegaria. Sintió el deseo de consagrarse a Dios y
hacerse religiosa de un convento de monjas que seguían la regla de San
Agustín situado en su misma ciudad, pero sus padres se negaron y le
obligaron a la edad de 16 años a casarse con Pablo Fernando, un joven
de Cascia muy bien situado económicamente. Pero Pablo Fernando no fue
al principio aquel gentil hombre que aparentaba. En las historias que
se explican dedicadas a nuestra santa, se cuenta que muy a menudo la
maltrataba y le dificultaba la práctica de su fe. A pesar de ello,
ella le fue fiel e intentó reconducir siempre las situaciones
adversas.

A los 18 años, tiene su primer hijo: Juan Santiago. A partir de esta
buena noticia, su esposo deja de maltratarla y conlleva una vida
familiar llena de paz. Incluso Pablo Fernando se convierte al
cristianismo. Dos años después nace su segundo hijo: Pablo María.

Santa Rita se queda viuda y pasa sus primeros años recogida en oración
y penitencia. Piensa de nuevo en ingresar en un monasterio de
religiosas agustinas que hay en Cascia, pero desde esta orden la
rechazan con el pretexto de que es viuda y que solo aceptan a personas
vírgenes. Por tres veces llegan a no aceptarla. A pesar de todo, Rita
no pierde las esperanzas e invoca a sus tres santos preferidos: San
Agustín, San Nicolás y San Juan Bautista. Por cuarta vez se dirige al
convento y finalmente la aceptan. Allí llevaría una vida de
observancia, obediencia, penitencia, oración ... Finalmente consigue
lo que siempre había soñado: hacerse religiosa del Monasterio de
Cascia.

Cuando nuestra amiga lleva 28 años de servicio al Señor desde el
monasterio, y cuando cuenta ya con 61 años de edad, recibe el estigma
de una espina en la frente procedente de la misma pasión de Jesús. El
estigma de la espina lo llevaría durante sus 15 años restantes de su
vida. ¿Qué significa este estigma?... Pues no es el único caso
ocurrido en la vida de los santos; muchos de ellos experimentaron este
extraño "prodigio" típico de algunos personajes dignos de santidad.
Santa Rita lo fue, y parece como si Jesucristo la hubiera querido
"obsequiar" después de su devoción por los relatos de la Pasión que
leía asiduamente. Durante 15 años, el estigma le supuso para nuestra
santa un duro sacrificio, casi siempre tenía que vivir recluida en una
celda del monasterio, por el dolor y por el hedor pestilente que salía
de la herida. Solamente le desapareció el estigma en 1450 cuando ella
pidió a Dios que se la curara para poder peregrinar a Roma con motivo
del Año Jubilar. Pero ... cuando volvió a Cascia, el estigma volvió a
aparecer. A muchos creyentes nos cuesta creer en los estigmas
aparecidos a muchos santos y siempre se suele recurrir a que esto
forma parte de la leyenda de la vida de estos personajes, pero ... en
1999 Juan Pablo II beatificó al Padre Pío que precisamente sufría
algunos de los estigmas de Jesús. Quienes le conocieron no dudaron de
aquellas manifestaciones.

Cuando nuestra santa tiene 72 años queda paralítica aquejada de
marasmo, una enfermedad que le enflaquece el cuerpo y que le obliga a
vivir en la cama durante el resto de su vida.
A sus 75 años de edad, ocurre uno de los sucesos más conocidos en la
vida de Santa Rita. En pleno invierno, cuando el campo está totalmente
nevado, pide a una prima que la visitaba en su celda (en algunos
libros dicen que era una amiga) que le traiga una rosa que en aquel
momento florece en el huerto de su casa. Como te puedes imaginar el
resto de monjas creen que Santa Rita delira y que su muerte está
próxima. No obstante, aquella chica, se siente atraída a ir al huerto
de la casa de Rita para comprobar si era cierto aquel prodigio ... y
efectivamente, allí encuentra una preciosa rosa en medio de un
frondoso rosal todo el rodeado de nieve junto a unos higos maduros.
Aunque en aquella época no existía ni Internet, ni radios, ni
periódicos, la noticia corrió de boca en boca, y multitud de gente fue
a ver el rosal en el huerto.
Hay una tradición popular que consiste en tener en las casas,
coincidiendo con la festividad de Santa Rita, un ramo de rosas
previamente bendecido por el sacerdote del pueblo. Es una manera muy
original de recordar a la santa.

Aquel suceso inexplicable de la rosa hizo crecer la fama de Santa
Rita, y fueron muchos los que quisieron conocer a aquella monja
enfermiza.
El 22 de mayo de 1457, a sus 76 años de edad, Santa Rita fallecería en
medio de una gran conmoción. Se afirma que las campanas del templo
parroquial de Cascia tocaron por si solas.
Fue beatificada en 1628 por el Papa Urbano VIII y canonizada por el
Papa León XIII el 24 de mayo de 1900.

A Santa Rita se le reconocen diferentes protecciones y ayudas. La más
importante es la de los casos imposibles. Muchas personas le invocan
para pedir cosas difíciles de conseguir, y nadie mejor que ella que
pudo tener en sus manos una rosa nacida en pleno invierno. Debido a
ese "prodigio" es la protectora de las rosas y de los higos.

ORACION

Heme aquí ante ti, con el alma jubilosa, oh Santa Rita, a manifestarte
mi reconocimiento. Tú has sabido abrir para mí el tesoro infinito de
la bondad misericordiosa de Dios. Me has prestado la ayuda que
necesitaba, me has consolado cuando sufría, me has concedido cuanto
deseaba. Tu ayuda aún me acompaña, para que pueda hacer uso de los
dones divinos, según tu ejemplo y para mi salvación. Que la Santísima
Trinidad sea alabada eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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María Auxiliadora
24 de mayo
 

El título de "María Auxilio de los Cristianos", expresa la mediación
de María respecto de la humanidad. Como Madre del Redentor, por fuerza
y mérito de la corredención, Ella es la ayuda de la humanidad
necesitada de redención; lo es también de cada individuo, porque es la
Madre espiritual de todos.
El nombre Auxilio de los Cristianos, señala una especial forma de
mediación, aquella que María ejerce en favor de la Santa Iglesia.

Origen de la advocación

Históricamente se comenzó a difundir el titulo de María "Auxilio de
los Cristianos", aproximadamente en el año 1558, donde la invocación
será mencionada en las letanías que recitaban en el santuario de
Loreto (Italia) de allí "Letanías Lauretanas". Estas fueron aprobadas
por el Papa Clemente VIII en 1601.

Tres fechas marcan la historia en la divulgación universal del culto a
la Santísima Virgen bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.

Lepanto

El 7 de octubre de 1571, durante el pontificado de San Pío V, la flota
Cristiana, con el Auxilio de María, logra una victoria contra la flota
de los turcos. Después de esta victoria, se propaga la invocación de
"María, auxilio de los Cristianos" y de los labios de los soldados
sobrevivientes de Lepanto, se difunde por toda Europa.

Viena

El 12 de septiembre de 1683, durante el Pontificado de Inocencio XI,
bajo el mando del rey de Polonia, Juan Sobieski, con un ejército
inferior de fuerzas, confiando en la ayuda de María Auxiliadora, vence
al ejército turco.

Roma

El 24 de mayo de 1814, Pío VII, liberado por la intervención de María
, de la prisión napoleónica, entra triunfante en Roma, y unos meses
después instituyó, la fiesta de "María Auxiliadora".

San Juan Bosco

En 1815 nació en Piamonte (Italia). El estaría predestinado por Dios a
difundir, la invocación y devoción a María Auxiliadora. Ella sería su
inspiración para la creación de una triple familia religiosa: Los
Salesianos, Las Hijas de María Auxiliadora y los Cooperadores
Salesianos. Ella sería también, su maestra y su guía en el contenido
espiritual de su Obra.

Con los años, la invocación a María, con el título de Auxiliadora se
ha extendido por todo el mundo.

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NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
13 de mayo
NUESTRA SEÑORA
DE FÁTIMA

Es la “gran Aparición de la Virgen María del siglo XX”. Hasta 1917 apenas si la pequeña villa de Fátima (Portugal) era conocida fuera de su nación ni aun dentro de ella.

Cerca de Fátima se encuentra la aldea de Aljustrel, en donde nacieron los tres niños: Lucía, Francisco y Jacinta; éstos dos últimos eran hermanos y primos de la primera.

Lucía era la menor de cinco hermanos y la mayor de los tres videntes de la Virgen de Fátima y la que más directamente trató con la Virgen María, quizá por ser la mayor. Muertos ya sus dos primitos, ingresó con las Religiosas Doroteas en Pontevedra (España) y más tarde, con deseos de vivir más retirada del mundo, abrazó la vida de religiosa carmelita contemplativa. Falleció el 13 de febrero de 2005 en Coimbra, Portugal.

Los tres videntes eran sencillos, humildes y de familias muy cristianas. Recibieron una formación bastante severa y desde muy niños se vieron obligados a trabajar para poder comer. Francisco era jovial, simpático y muy agraciado. Le gustaba la música, las flores y, sobre todo, las estrellas. Normalmente él veía a la Virgen, pero no le hablaba ni la oía. Corto sería su destierro en esta vida. El 4 de abril de 1919, a los dos años de las celestes apariciones, volaba al cielo. Jacinta también era muy fina y agraciada. La benjamina de diez hermanos. Desde muy pequeñita fue muy piadosa y sufría cuando le contaban los padecimientos de Jesús en su Pasión. A los diez años de edad volaba al cielo este ángel de carne humana que, como su hermanito, el 13 de Mayo del año 2000, el Papa Juan Pablo II los declaró beatos en su visita a Fátima, siendo los primeros niños no mártires en ser beatificados.

A los tres videntes, el 13 de mayo de 1917, en medio de una tormenta y mientras cuidaban el rebaño, después de haber rezado el Santo Rosario, se les apareció la Virgen María vestida de blanco y les pidió que volvieran seis veces más y que el mes de octubre les revelaría quién era y lo que quería. Les anunció que tendrían que sufrir mucho, pero que no se desalentaran que Ella les ayudaría. Les pidió rezaran muchos rosarios, pero mejor de lo que lo hacían hasta entonces. Las apariciones se repitieron el 13 de cada mes. En todas ellas sucedía algo parecido: mientras rezaban el Santo Rosario, acompañados cada día de más seguidores que palpaban lo sobrenatural, se les aparecía aquella joven, resplandeciente de luz, vestida de blanco, con el rosario entre las manos y les invitaba a rezar con Ella. Después les comunicaba algunas cosas que han llegado hasta nosotros, donde se manifiesta el deseo ardiente de la Virgen de que seamos almas de oración y que procuremos hacer sacrificios para unirlos a la Pasión de su Hijo.

De todas partes del mundo desde entonces, y cada día va en aumento, acuden gran cantidad de fieles a la pequeña villa de Fátima, a rezar a la Virgen María, a recibir los Sacramentos y mejor vivir la vida cristiana. La Virgen de Fátima irradia desde allí sus gracias y bendiciones sobre toda la humanidad. Su Corazón Inmaculado y el Escapulario del Carmen han sido los instrumentos que ha elegido para manifestarnos su amor.

ORACIÓN A
NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás éstas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!
http://christianismus.wordpress.com/2010/05/13/nuestra-senora-de-fatima/

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8 de mayo Nuestra Señora de Luján
Patrona de la República Argentina

La devoción del pueblo argentino a la Virgen de Luján nació hace 363 años, cuando en 1630 a orillas del río Luján ocurrió un prodigioso suceso que obligó a dejar una pequeña imagen de la Santísima Virgen en ese lugar. Allí se levantó una capilla que con el tiempo se convirtió en el monumental y magnífico templo actual, uno de los santuarios más grandes de Sudamérica y se cuenta entre los principales del mundo. Es visitado todo el año por centenares de miles de peregrinos. Entre sus visitantes se cuentan los que luego fueron los papas Pío IX y Pío XII y el actual Juan Pablo II. Numerosos próceres pidieron la protección de la "Virgencita Gaucha" y otros depositaron a sus pies los trofeos conquistados en las batallas de la independencia nacional. El papa León XIII decretó la coronación pontificia de la imagen, la que se llevó a cabo el 8 de mayo de 1887. El 8 de mayo de 1944, el Poder Ejecutivo de la Nación declaró además, a la Virgen de Luján, Patrona de las Rutas Nacionales.






SAN JOSÉ

1º de mayo, la Iglesia celebra la fiesta de SAN JOSÉ OBRERO, quien habría desempeñado el oficio de artesano en la ciudad de Nazaret. La fecha del primero de mayo, durante el siglo XIX y principios del XX, evoca una jornada de luchas y reivindicaciones de la clase obrera. En 1955 el Papa Pío XII introdujo en esta fecha la fiesta de San José Obrero en toda la Iglesia, para subrayar el valor cristiano del trabajo y contrarrestar la división de clases que este puede producir. Así mismo proclamó a San José patrono de los trabajadores.
Unidos pues a todos ellos, brindemos nuestro vivo aplauso a San José Obrero.
 

QUERIDO SAN JOSÉ: tu misión en esta vida fue la de ser responsable de una familia, que era, nada menos, la sagrada familia. Debías sacarla adelante, protegerla, y proveerle todo lo necesario. Egesipo nos narra que tu tenías un hermano por nombre Ceolfa y San Lucas evangelista añade que vivías en la ciudad de Nazaret, desposado con una virgen llamada María. Los evangelios apócrifos narran muchos pintorescos recuerdos de tu estancia en Egipto. Uno de ellos es el del Sicomoro y la fuente a donde María iba a lavar los pañales del Niño Jesús. De su sudor, provenía un bálsamo que se extendía por toda la región. Vueltos a Nazaret, tu ciudad de residencia, los historiadores narran que tu trabajo era de "teknon", es decir, "faber", ó artesano. El significado de este término se extiende a múltiples actividades materiales. Los apócrifos te describen como artesano de arados y yugos, oficio que Justino también atribuye a Jesús, de lo que se puede deducir que tu oficio era el de carpintero. Esta interpretación es también compartida por las comunidades sirias, góticas, coptas y etiópicas. El Evangelio por su parte confirma estas antiguas tradiciones cuando señala: "¿no es este el hijo del carpintero? Una curiosa narración nos dice que llegaste hasta una edad muy avanzada, "111 años, en buena salud, buena vista, con todos los dientes, y manteniendo toda tu capacidad de trabajo". Sea esto auténtico o folcklórico, lo importante es subrayar que Dios escogió un obrero para ser padre putativo de su hijo Jesucristo.
San José Obrero, hoy en el día de tu fiesta te pedimos que intercedas por todos los trabajadores del mundo.

Fuente: Radio Vaticano

















SANTOS MES DE MAYO


                    1 de mayo

2 de mayo

3 de mayo

4 de mayo

5 de mayo

6 de mayo

7 de mayo

8 de mayo

9 de mayo

10 de mayo

11 de mayo

12 de mayo

13 de mayo


15 de mayo

16 de mayo

17 de mayo

18 de mayo

19 de mayo

20 de mayo

21 de mayo

22 de mayo

23 de mayo

24 de mayo

25 de mayo

26 de mayo

27 de mayo

28 de mayo

29 de mayo

30 de mayo

31 de mayo













http://aica.org/aica/santoral/santoral_fecha.htm 


SANTA CATALINA DE SIENA 


El 29 de abril, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de SANTA CATALINA DE SIENA, quién muriera en un día como hoy de 1380 en la ciudad de Roma. Nacida en Siena, Italia, en el año 1347, fue terciaria dominica. El Papa Pío II en 1461 la proclamo Santa. En 1939 fue nombrada Patrona de Italia y en 1970, el Papa Pablo VI la declaró Doctor de la Iglesia, siendo con Santa Teresa de vila y Santa Teresita del Niño Jesús las únicas tres mujeres con este excepcional reconocimiento eclesial. Su cuerpo se conserva incorrupto en la Iglesia de Santa María de Minerva en Roma.
Unidos pues a esta Iglesia y a los Padres Dominicos, brindemos nuestro sincero aplauso a Santa Catalina de Siena.
 
Meditación
QUERIDA SANTA CATALINA, recordar tu vida es ver en una pequeña mujer a la gran santa, una de las mujeres más importantes de la Iglesia, un fenómeno extraordinario de quien Francisco Javier Kraus decía: "Esta mujer y su vida es uno de los más grandes milagros de la historia, aún para aquellos que no creen en los milagros". Fuiste la vigésima quinta hija de una familia de tintores. A los 18 años ingresas en las terciarias dominicas de Siena y pronto empiezas una actividad efervescente y audaz: reformar la Iglesia corrigiendo a sus ministros que vivían en el excesivo lujo, la corrupción y practicaban la simonía. Tarea nada fácil, ni ahora ni entonces. Junto a esto, te propones el objetivo de restablecer la Santa Sede en Roma, ya que desde 1309 se había trasladado a Avignon en Francia. Empeño que logras con gran éxito. Organizas también una cruzada contra los infieles para reconciliar con la Iglesia de occidente a los cristianos separados. Tu fama de prudencia y santidad te llevó a ser solicitada tanto por autoridades civiles y como religiosas, quienes te consultaban y seguían tus sugerencias. Tu vida era un continuo ajetreo, por lo que te someten al control de tu confesor Padre Raimundo de Capua, quien descubre en ti un gran secreto: los estigmas invisibles impresos en tu cuerpo, los que solo fueron conocidos después de tu muerte. Tus ultimas palabras al morir, revelaron el hermoso sentido de toda tu vida: "Sepan que la única causa de mi muerte es el ardiente amor por la Iglesia que me consuma".




Autor: . | Fuente: Corazones.org
Expedito, Santo
Mártir, 19 de abril

Expedito, Santo
Expedito, Santo












Mártir

Tradicional- Su nombre no consta en el actual Martirologio Romano


San Expedito fue comandante de una legión romana y como tal defendió al Imperio ante las invasiones de los Bárbaros. Al convertirse en cristiano fue martirizado (posiblemente por orden del emperador Diocleciano) en Melitene, Armenia (hoy Malatya, Turquía). Junto con él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo. Muchos otros mártires dieron gloria a Dios en su época, entre ellos Santa Filomena y San Jorge.

Según la tradición, en el momento de la conversión, se le acercó el demonio, en forma de un cuervo que le gritaba "cras, cras cras" (En latín significa "Mañana, Mañana, Mañana"). Así trataba de persuadirlo a que dejase su decisión para después ya que el demonio sabe que lo que se deja para mañana hay mucha posibilidad de que se quede sin hacer. Pero Expedito aplastó al cuervo tentador con prontitud diciendo "¡HODIE, HODIE, HODIE!" (HOY, HOY, HOY). No dejaré nada para mañana, a partir de HOY seré cristiano". Así se convirtió en soldado de Cristo, utilizando desde ese momento su valor y disciplina para el Reino de Dios.

Aunque se desconoce el origen su nombre, aparece en la Martiriología Romana junto a Hermógenes y compañeros. Su nombre es sinónimo con prontitud y se le tiene por gran y pronto intercesor.

A san Expedito se le invoca en problemas urgentes. Debemos saber que lo mas importante es renunciar a la vida de pecado y decidirnos cabalmente por Cristo. Seamos pues inspirados por su prontitud y valor al seguir a Cristo en tan difíciles circunstancias cuando los cristianos eran perseguidos a muerte. Que nosotros también digamos "HOY" a Jesús y aplastemos los engaños del tentador.

También se le venera como protector de jóvenes, estudiantes, enfermos, problemas laborales y de familia, y juicios.

Se alega que el santo aparece como un error de escribano cuando, en el siglo XIX, una caja de reliquias fue enviada a monjas francesas con la anotación: "expedir". Sheppard (1969). Pero esta 
Expedito, Santo
Expedito, Santo
hipótesis no puede ser cierta ya que Expedito era conocido en el siglo XVIII en Alemania y Sicilia y se le invocaba en casos de urgencia (Attwater).

En la iconografía, Expedito es representado como un soldado con una cruz en la que esta escrito "Hodie" (Hoy) y la hoja de palma (martirio). A sus pies hay un cuervo y la palabra "cras" (mañana).

Aunque no aparece en el actual calendario litúrgico no deja de ser un santo reconocido por la Iglesia.

ORACIONES


ORACION A SAN EXPEDITO
PARA VENCER LAS PRUEBAS


¡Señor Jesús acudo a tu auxilio!
¡Virgen Santísima socórreme!
San Expedito, tu que lleno de valor abrirste tu corazón a la gracia de Dios
y no te dejaste llevar por la tentación de postergar tu entrega,
ayúdame a no dejar para mañana lo que debo hacer hoy por amor a Cristo.
Ayúdame desde el cielo a renunciar a todo vicio
y tentación con el poder que Jesús me da.
Que sea yo diligente, valiente y disciplinado al servicio del Señor,
y no me acobarde ante las pruebas.
Tú que eres el santo de las causas urgentes,
te presento mi necesidad (intención).
Sobre todo te pido que intercedas por mi para que persevere en la fe,
y así llegue al gozo del cielo con Cristo,
con la Virgen María, los ángeles y los santos.
Amén.


ORACIÓN A SAN EXPEDITO

Mi San Expedito de las causas justas y urgentes,
intercede por mi ante Nuestro Señor Jesuscristo,
para que venga en mi socorro en esta hora de aflicción y desesperanza.
Mi San Expedito
tú que eres el Santo guerrero.
Tú que eres el Santo de los afligidos.
Tú que eres el Santo de los desesperados.
Tú que eres el Santo de las causas urgentes,
protégeme, ayúdame, otorgándome: fuerza, coraje y serenidad.
¡Atiende mi pedido! (hacer el pedido).

Mi San Expedito,
ayúdame a superar estas horas difíciles,
protégeme de todos los que puedan perjudicarme,
protege a mi familia, atiende mi pedido con urgencia.
Devuélveme la Paz y la tranquilidad.

Mi San Expedito!
Agradeceré tu intercesión por el resto de mi vida
propagando tu devoción entre los que tienen Fe.
cambiando mi vida y mis costumbres
glorificando desde ahora a nuestro Padre
y anhelando un día gozar contigo de la eterna bienaventuranza.
Amén

Padre Nuestro, Ave María y Credo.

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Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Bernardita Soubirous, Santa
Vidente de Lourdes, 16 de abril

Bernardita Soubirous, Santa
Bernardita Soubirous, Santa












Virgen

Martirologio Romano: En Nevers, en Francia, santa María Bernarda Soubirous, virgen, la cual, nacida en Lourdes de una familia muy pobre, siendo aún niña asistió a las apariciones de la Inmaculada Santísima Virgen María y, después, abrazando la vida religiosa, llevó una vida escondida y humilde. ( 1879).

También se la conoce como: Santa Bernardita De Lourdes.
También se la conoce como: Santa Bernardette.
También se la conoce como: Santa María Bernarda.

Etimológicamente: Bernarda = Aquella que es una guerrera, es de origen germánico.

Fecha de canonización: 8 de diciembre de 1933 por el Papa Pío XI.

El 11 de febrero, fiesta de la Santísima Virgen de Lourdes, nos recuerda las apariciones de la Virgen a una niña de 14 años que no sabía ni leer ni escribir, pero que rezaba todos los días el rosario, Bernardita Soubirous. Nació en Lourdes en 1844 de padres muy pobres. Por medio de ella la Virgen hizo surgir la prodigiosa fuente del milagro, a la cual acuden peregrinos de todo el mundo para reavivar su fe y su esperanza. Muchos regresan de Lourdes curados también en su cuerpo. La Virgen, durante la segunda aparición, le dijo: “No te prometo hacerte feliz en este mundo, pero sí en el otro”.

A pesar de haber sido dócil instrumento para extener la devoción a la Inmaculada, Bernardita no se contaminó con la gloria humana. El día que el obispo de Lourdes, ante 50.000 peregrinos, colocó la estatua de la Virgen sobre la roca de Massabielle, Bernardita tuvo que permanecer en su celda, víctima de un ataque de asma. Y cuando el dolor físico se hacía más insoportable, suspiraba: “No, no busco alivio, sino sólo la fuerza y la paciencia”. Su breve existencia transcurrió en la humilde aceptación del sufrimiento físico como generosa respuesta a la invitación de la Inmaculada para pagar con la penitencia el rescate de tantas almas que viven prisioneras del mal.

Mientras junto a la gruta de las apariciones se estaba construyendo un grande santuario para acoger a los numerosos peregrinos y enfermos en busca de alivio, Bernardita pareció desaparecer en 
Bernardita Soubirous, Santa
Bernardita Soubirous, Santa
la sombra. Pasó seis años en el instituto de Lourdes, de las Hermanas de la Caridad de Nevers, y en el que después fue admitida como novicia. Su entrada se demoró debido a su delicada salud. En la profesión tomó el nombre de Sor María Bernarda. Durante los quince años de vida conventual no conoció sino el privilegio del sufrimiento. Las mismas superioras la trataban con indiferencia, por un designio providencial que les impide a las almas elegidas la comprensión y a menudo hasta la benevolencia de las almas mediocres. Al principio fue enfermera dentro del convento, después sacristana, hasta cuando la enfermedad la obligó a permanecer en la cama, durante nueve años, siempre entre la vida y la muerte.

A quien la animaba le contestaba con la radiante sonrisa de los momentos de felicidad cuando estaba a la presencia de la blanca Señora de Lourdes: “María es tan bella que quienes la ven querrían morir para volver a verla”. Bernardita, la humilde pastorcita que pudo contemplar con sus propios ojos a la Virgen Inmaculada, murió el 16 de abril de 1879.

Fue beatificada el 14 de junio de 1925 por el Papa Pío XI, y el mismo Papa la elevó al honor de los altares el 8 de diciembre de 1933.

En Francia se la festeja el 18 de febrero
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SAN JOSÉ
ESPOSO DE MARÍA y PADRE VIRGINAL DE JESUS

FIESTA: 19 de marzo
Modelo de padre y esposo, patrón de la Iglesia universal, de los trabajadores, de infinidad de comunidades religiosas y de la buena muerte.

A San José Dios le encomendó la inmensa responsabilidad y privilegio de ser esposo de la Virgen María y custodio de la Sagrada Familia. Es por eso el santo que más cerca esta de Jesús y de la Stma. Virgen María.

Nuestro Señor fue llamado "hijo de José" (Juan 1:45; 6:42; Lucas 4:22) el carpintero (Mateo 12:55).
No era padre natural de Jesús (quién fue engendrado en el vientre virginal de la Stma. Virgen María por obra del Espíritu Santo y es Hijo de Dios), pero José lo adoptó y Jesús se sometió a el como un buen hijo ante su padre. ¡Cuánto influenció José en el desarrollo humano del niño Jesús! ¡Qué perfecta unión existió en su ejemplar matrimonio con María!
San José es llamado el "Santo del silencio" No conocemos palabras expresadas por él, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. José fue "santo" desde antes de los desposorios. Un "escogido" de Dios. Desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor.
Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. Son al mismo tiempo las únicas fuentes seguras por ser parte de la Revelación. 
San Mateo (1:16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3:23), su padre era Heli.  Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Pero al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.
Según San Mateo 13:55 y Marcos 6:3, San José era un "tekton". La palabra significa en particular que era carpintero. San Justino lo confirma (Dial. cum Tryph., lxxxviii, en P. G., VI, 688), y la tradición ha aceptado esta interpretación.
Si el matrimonio de San José con La Stma. Virgen ocurrió antes o después de la Encarnación aun es discutido por los exegetas. La mayoría de los comentadores, siguiendo a Santo Tomás, opinan que en la Anunciación, la Virgen María estaba solo prometida a José.  Santo Tomás observa que esta interpretación encaja mejor con los datos bíblicos.
Los hombres por lo general se casaban muy jóvenes y San José tendría quizás de 18 a 20 años de edad cuando se desposó con María. Era un joven justo, casto, honesto, humilde carpintero...ejemplo para todos nosotros.
La literatura apócrifa, (especialmente el "Evangelio de Santiago", el "Pseudo Mateo" y el "Evangelio de la Natividad de la Virgen María", "La Historia de San José el Carpintero", y la "Vida de la Virgen y la Muerte de San José) provee muchos detalles pero estos libros no están dentro del canon de las Sagradas Escrituras y no son confiables.
Amor virginal
Algunos libros apócrifos cuentan que San José era un viudo de noventa años de edad cuando se casó con la Stma. Virgen María quien tendría entre 12 a 14 años. Estas historias no tienen validez y San Jerónimo las llama "sueños". Sin embargo han dado pie a muchas representaciones artísticas. La razón de pretender un San José tan mayor quizás responde a la dificultad de una relación virginal entre dos jóvenes esposos. Esta dificultad responde a la naturaleza caída, pero se vence con la gracia de Dios. Ambos recibieron extraordinarias gracias a las que siempre supieron corresponder. En la relación esposal de San José y la Virgen María tenemos un ejemplo para todo matrimonio.  Nos enseña que el fundamento de la unión conyugal está en la comunión de corazones en el amor divino. Para los esposos, la unión de cuerpos debe ser una expresión de ese amor y por ende un don de Dios.  San José y María Santísima, sin embargo, permanecieron vírgenes por razón de su privilegiada misión en relación a Jesús.  La virginidad, como donación total a Dios, nunca es una carencia; abre las puertas para comunicar el amor divino en la forma mas pura y sublime. Dios habitaba siempre en aquellos corazones puros y ellos compartían entre sí los frutos del amor que recibían de Dios.
El matrimonio fue auténtico, pero al mismo tiempo, según San Agustín y otros, los esposos tenían la intención de permanecer en el estado virginal. (cf.St. Aug., "De cons. Evang.", II, i in P.L. XXXIV, 1071-72; "Cont. Julian.", V, xii, 45 in P.L.. XLIV, 810; St. Thomas, III:28; III:29:2).
Pronto la fe de San José fue probada con el misterioso embarazo de María. No conociendo el misterio de la Encarnación y no queriendo exponerla al repudio y su posible condena a lapidación, pensaba retirarse cuando el ángel del Señor se le apareció en sueño:
"Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Despertado José del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer." (Mat. 1:19-20, 24).

Unos meses mas tarde, llegó el momento para S. José y  María de partir hacia Belén para apadrinarse según el decreto de Cesar Augustus. Esto vino en muy difícil momento ya que ella estaba en cinta. (cf. Lucas 2:1-7).

En Belén tuvo que sufrir con La Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el hijo de la Virgen. El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: "Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él".(Lucas 2:33).
Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un ángel: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Mateo 2:13.  San José obedeció y tomo responsabilidad por la familia que Dios le había confiado.

San José tuvo que vivir unos años con la Virgen y el Niño en el exilio de Egipto.   Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían el apoyo de familiares o amigos, serían víctimas de prejuicios, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por amor sin exigir nada. 

Una vez mas por medio del ángel del Señor, supo de la muerte de Herodes: "«Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.»  El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel.  Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea". Mateo 2:22.
Fue así que la Sagrada Familia regresó a Nazaret. Desde entonces el único evento que conocemos relacionado con San José es la "pérdida" de Jesús al regreso de la anual peregrinación a Jerusalén (cf. Lucas 2, 42-51).  San José y la Virgen lo buscaban por tres angustiosos días hasta encontrarlo en el Templo.  Dios quiso que este santo varón nos diera ejemplo de humildad en la vida escondida de su sagrada familia y su taller de carpintería.
Lo mas probable es que San José haya muerto antes del comienzo de la vida pública de Jesús ya que no estaba presente en las bodas de Canaá ni se habla mas de él. De estar vivo, San José hubiese estado sin duda al pie de la Cruz con María. La entrega que hace Jesús de su Madre a San Juan da también a entender que ya San José estaba muerto.
Según San Epifanius, San José murió en sus 90 años y la Venerable Bede dice que fue enterrado en el Valle de Josafat. Pero estas historias son dudosas. 

La devoción a San José se fundamenta en que este hombre "justo" fue escogido por Dios para ser el esposo de María Santísima y hacer las veces de padre de Jesús en la tierra.  Durante los primeros siglos de la Iglesia la veneración se dirigía principalmente a los mártires. Quizás se veneraba poco a San José para enfatizar la paternidad divina de Jesús. Pero, así todo, los Padres (San Agustín, San Jerónimo y San Juan Crisóstomo, entre otros), ya nos hablan de San José.  Según San Callistus, esta devoción comenzó en el Oriente donde existe desde el siglo IV, relata también que la gran basílica construida en Belén por Santa Elena había un hermoso oratorio dedicado a nuestro santo.
San Pedro Crisólogo: "José fue un hombre perfecto, que posee todo género de virtudes" El nombre de José en hebreo significa "el que va en aumento. "Y así se desarrollaba el carácter de José, crecía "de virtud en virtud" hasta llegar a una excelsa santidad.
En el Occidente, referencias a (Nutritor Domini) San José aparecen  en el siglo IX en martirologios locales y en el 1129 aparece en Bologna la primera iglesia a él dedicada.  Algunos santos del siglo XII comenzaron a popularizar la devoción a San José entre ellos se destacaron San Bernardo, Santo Tomás de Aquino, Santa Gertrudiz y Santa Brígida de Suecia. Según Benito XIV (De Serv. Dei beatif., I, iv, n. 11; xx, n. 17), "La opinión general de los conocedores es que los Padres del Carmelo fueron los primeros en importar del Oriente al Occidente la laudable práctica de ofrecerle pleno culto a San José".
En el siglo XV, merecen particular mención como devotos de San José los santos Vicente Ferrer (m. 1419), Pedro d`Ailli (m. 1420), Bernadino de Siena (m. 1444) y Jehan Gerson (m. 1429).  Finalmente, durante el pontificado de Sixto IV (1471 - 84), San José se introdujo en el calendario Romano en el 19 de Marzo. Desde entonces su devoción ha seguido creciendo en popularidad.  En 1621 Gregorio XV la elevó a fiesta de obligación. Benedicto XIII introdujo a San José en la letanía de los santos en 1726.
San Bernardino de Siena  "... siendo María la dispensadora de las gracias que Dios concede a los hombres, ¿con cuánta profusión no es de creer que enriqueciese de ella a su esposo San José, a quién tanto amaba, y del que era respectivamente amada? " Y así, José crecía en virtud y en amor para su esposa y su Hijo, a quién cargaba en brazos en los principios, luego enseñó su oficio y con quién convivió durante treinta años.
Los franciscanos fueron los primeros en tener la fiesta de los desposorios de La Virgen con San José. Santa Teresa tenía una gran devoción a San José y la afianzó en la reforma carmelita poniéndolo en 1621 como patrono, y en 1689 se les permitió celebrar la fiesta de su Patronato en el tercer domingo de Pascua. Esta fiesta eventualmente se extendió por todo el reino español. La devoción a San José se arraigo entre los obreros durante el siglo XIX.  El crecimiento de popularidad movió a Pío IX, el mismo un gran devoto, a extender a la Iglesia universal la fiesta del Patronato (1847) y en diciembre del 1870 lo declaró Santo Patriarca, patrón de la Iglesia Católica. San Leo XIII y Pío X fueron también devotos de San José. Este últimos aprobó en 1909 una letanía en honor a San José.
Santa Teresa de Jesús   "Tomé por abogado y señor al glorioso San José." Isabel de la Cruz, monja carmelita, comenta sobre Santa Teresa: "era particularmente devota de San José y he oído decir se le apareció muchas veces y andaba a su lado."
"No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo...No he conocido persona que de veras le sea devota que no la vea mas aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a El se encomiendan...Solo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no le creyere y vera por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso patriarca y tenerle devocion..." -Sta. Teresa.
San Alfonso María de Ligorio nos hace reflexionar: "¿Cuánto no es también de creer aumentase la santidad de José el trato familiar que tuvo con Jesucristo en el tiempo que vivieron juntos?" José durante esos treinta años fue el mejor amigo, el compañero de trabajo con quién Jesús conversaba y oraba. José escuchaba las palabras de Vida Eterna de Jesús, observaba su ejemplo de perfecta humildad, de paciencia, y de obediencia, aceptaba siempre la ayuda servicial de Jesús en los quehaceres y responsabilidades diarios. Por todo esto, no podemos dudar que mientras José vivió en la compañía de Jesús, creció tanto en méritos y santificación que aventajó a todos los santos.
Bibliografía: Souvay, Charles L., Saint Joseph, Catholic Encyclopedia,   Encyclopedia Press, Inc. 1913.
Foto: San José con el niño Jesús; Convento de las Visitantinas, Ciudad del Este, Paraguay. /- Padre Jordi Rivero
Extraido de  http://www.corazones.org/santos/jose_san/jose_historia.htm
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